Algunos conductores han visto como su itinerario se veía alterado por un atasco kilométrico en la etapa del regreso a Castellón de 'La Volta'.
La 75ª edición de la Vuelta Ciclista a la Comunitat Valenciana ha dejado una estela de emociones y desafíos kilométricos en su recorrido, generando momentos de intensa actividad y también algunos desafíos logísticos.
La salida de la N-340 ha sido testigo de escenas impresionantes, con ciclistas destacados que han dejado atrapados incluso a vehículos de asistencia de los equipos.
La zona se ha transformado en una procesión de vehículos parados cuyos conductores no han dudado en bajar de sus turismos y camiones «para estirar las piernas» pues, »llevamos más de 20 minutos parados», conforme explicaba Raúl G.M., uno de los conductores.
La localidad de Benicàssim (Castellón), tuvo el honor de ser el punto de partida de esta emocionante etapa. El pistoletazo de salida se dio alrededor de las 12 del mediodía desde el Clot, siguiendo un recorrido que abarcó la Avenida Barcelona y posteriormente desviándose por la N-340 en dirección a la Ribera de Cabanes.
La diversidad de terrenos y paisajes enriqueció la experiencia de los participantes y añadió un toque especial a la competición pero a la vez, algunos conductores han visto como su itinerario se veía alterado por un atasco kilométrico en la etapa del regreso a Castellón de ‘La Volta‘ previsto para las 15:30 horas.
El momento ha sido crucial, ya que las colas se volvieron interminables a la llegada a la rotonda de la Magdalena que no estuvo exenta de desafíos, ya que los conductores tuvieron que esperar pacientemente mientras los corredores cruzaban demostrando, eso sí, la atracción y la participación masiva en este evento ciclista de renombre.
Los corredores, tras completar una parte significativa del recorrido, pasaron nuevamente por Benicàssim, entrando por el Voramar, la calle Santo Tomás y la Avenida Castellón. Posteriormente, se desvian por la CV-147, ofreciendo a los competidores la oportunidad de disfrutar de las magníficas vistas panorámicas desde el Desert de les Palmes.
La Vuelta Ciclista a la Comunitat Valenciana no solo ha sido un evento deportivo de alto calibre, sino también una experiencia en la que la geografía local ha desempeñado un papel crucial. La comunidad ha vibrado con la pasión ciclista y la diversidad de paisajes que han marcado estos dos días de intensa competición.