Las ausencias y olvidos están marcando unas celebraciones del centenario de la coronación de la Mare de Déu del Lledó cuyo programa está siendo discreto.
A menos de 24 horas de la fecha señalada para conmemorar el centenario de la coronación canónica y pontificia de la Mare de Déu del Lledó, 4 de mayo, y después del desarrollo de un programa de actos mediocre, únicamente salvado por el fervor y el cariño de las parroquias de la ciudad, en comparación con las grandes celebraciones de hace 25 años, en el 75º aniversario, hay que significar las ausencias y los olvidos de gentes que han formado parte de la reciente historia del fenómeno lledonero y de su repercusión social y cultural.
Ni la comisión especial formada por expresidentes de juntas de gobierno pasadas que ha tenido dos años para preparar las fiestas, ni la Real Cofradía, ni Ayuntamiento, ni Junta de Fiestas… han pronunciado palabra alguna de recuerdo a Ximo Campos, fallecido el pasado mes de enero, intelectual y erudito, quien realizó el primer estudio universitario sobre Lledó, la patrona de Castellón en la universidad. Con sus ‘Elementos míticos de una advocación mariana: la Virgen del Lledó’, Campos analizó el origen pagano de la pequeña figura de Lledó, en un trabajo publicado nada más y nada menos por la Societat Castellonenca de Cultura.
Un castellonense de magnitud internacional, quien llegó a cartearse con el rumano Mircea Elíade, uno de los mejores antropólogos del mundo, y autor del axioma que dice,
Todos los sistemas religiosos tienen el mismo fundamento como un sustrato que prevalece bajo la configuración de cada culto.
Filósofo y sociólogo, estudió también en La Sorbona de París.
Olvido y silencio también hacia el que fuera anterior prior de la basílica de Lledó, Josep Miquel Francés, a quien se le ha marginado deliberadamente de las celebraciones del centenario. Francés, que es el que más sabe de Lledó del mundo mundial, fue apartado intencionadamente de la basílica por el obispo de la diócesis, Casimiro López, quien nunca ha entendido lo qué significa para Castellón la sagrada imagen de la Mare de Déu del Lledó, y tampoco le gusta la religiosidad popular.
Pero, además, si añadimos la ignorancia -nadie conoce a nadie-, la falta de iniciativas y la autosuficiencia de los organismos implicados, podemos convenir que los festejos están siendo de un Bien raspado. Lo último, una ofrenda de flores con mini paneles, sosa y aburrida en la que faltaban las bandas de música de la provincia anunciadas en el programa, por no hablar de un certamen literario salvado solamente por la mantenedora, Estela Bernad, profesora de Comunicación de la Universitat Jaume I. Más ambición, más atrevimiento, más espectacularidad, más dinero, más fe, más amor a las tradiciones de la ciudad. Eso es lo que nos ha hecho falta.
Vicente Cornelles Castelló
Escritor y periodista