El equipo municipal de gobierno ha ‘vendido’ como éxito el que en 24 horas se hayan agotado los ‘llibrets’ de fiestas, cuando ha sido una falta de previsión y un error de organización.
Por la boca muere el pez. Los mismos, exactamente los mismos, que hace un año se rasgaban las vestiduras y ponían el grito en el cielo porque en dos días se agotaron los ‘llibrets’ del Programa Oficial de Fiestas, las cintas verdes magdaleneras y las pulseras identificativas en el tradicional reparto de la plaza Mayor, en plena precampaña de las elecciones municipales (estaban en la oposición, claro), interpretan en los días previos a las fiestas de la Magdalena de este año que “ha sido todo un éxito que miles de castellonenses se hayan quedado sin la publicación que recoge los actos de los fiestas, el ribete esmeralda y la ajorca de tela, calificando lo sucedido de ‘sold out’, agotado, en una perversión de la utilización del lenguaje para fines torticeros y cambiar la realidad circundante (son los que nos gobiernan ahora).
Lo cierto es que agotar en 24 horas la publicación que recoge los actos de Magdalena, así como la ‘llisteta’ y el brazalete identificativo responde únicamente a una falta de previsión por parte de los responsables de organización de los festejos magdaleneros y editando prácticamente la misma cantidad ejemplares del año pasado. Un ‘sold out’, como si el reparto de estos símbolos de las fiestas fuera un multitudinario festival de esos que tanto se prodigan en la provincia. Pero, además esta falta de previsión indica formas anticuadas de trabajo, como si la adjudicación e impresión de estos elementos se hiciera somo siempre se ha hecho y no se hayan revisado las condiciones y las bases estipuladas para esta edición.
Formas de trabajo del siglo XX y no del siglo XXI en una especie de bureo de salón y no a pie de obra. Un error de los responsables de la organización de la fiesta, aunque ellos no lo quieran ver. Como error es que este año no habrá representación de Vila-real, la segunda ciudad de la provincia, en la Cabalgata del Pregó, ya que desde la comisión de fiestas de Castellón se han negado a que participe la carroza de la ciudad de Sant Pasqual con la reina de las fiestas y sus damas, enviando a la reina a la plataforma comarcal, a lo que la máxima representante festiva ha dicho no, si no va con sus damas.
Una orden absurda argumentada con el objeto de acortar la duración de la cabalgata anunciadora de las fiestas. Mientras, se autoriza a Moros d’Alqueria, la élite de la fiesta, a que participen en su cortejo cinco bandas de música acompañando a cada una de las escuadras moras. ¿Contradicción? Cinco incorporaciones al desfile que, indudablemente, alargará la duración del desfile.
Todo ello responde a un ejercicio palpable de hipocresía política. De distintas varas de medir y de visiones diferentes de las fiestas. Pero, a menos de 24 horas del comienzo oficial de las fiestas de la Magdalena del 2024 habrá que convenir que estas circunstancias no son más que lindezas y esperar al próximo año para que no se repitan estos errores. Lo importante ahora es disfrutar de la semana grande.
¡Felices fiestas!
Vicente Cornelles
Escritor y periodista