Demasiadas preguntas, pocas respuestas

Demasiadas preguntas, pocas respuestas

La incertidumbre está presente en la afición albinegra que se pregunta por el futuro del club

He defendido siempre que desgraciadamente, desde la entrada en vigor de la Ley del Deporte, los clubes, con la excepción de cuatro, pasaron a ser sociedades anónimas deportivas y por lo tanto a ser empresas privadas sobre las que al menos en la parcela económica ni podemos ni debemos opinar y que los socios se convirtieron, gracias a la misma maldita Ley, en abonados con un único “derecho”, pagar.

No he cambiado de opinión, pero sí podemos hablar de lo deportivo y de las inquietudes de una afición que no se acostumbra a los sobresaltos  a pesar de ser estos continuos y dilatados en el tiempo.

La historia mercantil del CD Castellón, más parecida a la ciencia ficción que a algo que realmente pueda plasmarse ante un notario,  ha dejado ya de estar en boca del aficionado que ha depositado toda su confianza en Vicente Montesinos y su equipo, al menos en el aspecto económico, ya sea por confianza o porque es la única opción.

Otra cosa diferente es lo meramente deportivo. El aficionado ha visto como después de sacar por la puerta de atrás a los jugadores que consiguieron el ascenso, de prácticamente confeccionar dos plantillas y de fichar casi cuatro decenas de nuevos jugadores, el equipo ha estado hasta la última jornada en claro riesgo de descenso de categoría.

No hay que ser entendido en fútbol para poder afirmar que un cuerpo técnico que ha contado con la posibilidad de confeccionar dos plantillas en un año para no descender de milagro, ha fracasado estrepitosamente. Yo al menos, si fuera propietario del club, daría la baja hasta al que infla los balones. Pocas o ninguna explicación se ha dado a los casi 13000 abonados del atasco en la puerta de oficinas por el denso tráfico de jugadores y creo que se lo merecen, al menos, como decía, la explicación deportiva.

En este momento parece que hemos vuelto a la situación de hace más de un año, todo el mundo se pregunta, sin que nadie dé respuestas, que va a pasar con el CD Castellón, quien lo va a regentar y quien va a ser el responsable deportivo que debiera estar por encima del entrenador al que se confirmó en el cargo estando el equipo en descenso y fuera cual fuera, según palabras del Presidente del Consejo de Administración, la clasificación final.

El abonado del club no tiene ya interés, solo y en reducidos casos un poco de curiosidad, por los movimientos o acuerdos entre Orbit, Capital Albinegre, Garrido y Montesinos. Sí quiere saber, y cuanto antes, que nuevo proyecto deportivo se le ofrece tras haber fracasado estrepitosamente el “Plan A”, el aficionado quiere saber cuál es el “Plan B” para dejar de hacer el ridículo sobre el césped y remontar el vuelo, al menos en lo deportivo, de un club en una situación bastante extraña si atendemos al potencial de su “masa social”.

Al margen de lo que se cuece entre bambalinas creo que es hora de empezar a dar la cara y dar explicaciones a una afición sacrificada que ha demostrado su fidelidad más absoluta a pesar de haber recibido más palos que una estera. La afición castellonense se merece que empiecen a contarle, cuanto antes, que proyecto se prepara para la temporada 19/20 y quien lo va a dirigir. Creo que no es mucho pedir.