Los clientes, ya sea por temor a que sus seres queridos descubrieran su contacto con prostitutas o por el miedo a poner en peligro su vida, accedían a pagar la cantidad exigida.
La Policía Nacional ha llevado a cabo la detención de 30 personas en la ciudad de València y otras localidades de la provincia, por su presunta pertenencia a una organización criminal dedicada a la extorsión de usuarios de páginas de contactos.
Durante la operación, también se ha descubierto el domicilio desde donde operaba este grupo delictivo en la capital del Turia. En este lugar, se han incautado teléfonos móviles, tarjetas bancarias, diversos documentos, tarjetas SIM, una pistola de proyectiles y una pistola cargada.
Las investigaciones se iniciaron en junio de 2022, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que las víctimas accedían a anuncios falsos de servicios sexuales en internet, publicados por la propia organización criminal.
Posteriormente, los usuarios recibían mensajes a través de una aplicación de mensajería instantánea en los que el presunto líder de las prostitutas los culpaba de haberles hecho perder el tiempo y les exigía una cantidad de dinero como compensación. En caso de no cumplir con esta demanda, se les amenazaba con causarles problemas.
Los clientes, ya sea por temor a que sus seres queridos descubrieran su contacto con prostitutas o por el miedo a poner en peligro su vida, accedían a pagar la cantidad exigida. Sin embargo, los perpetradores continuaban exigiendo más dinero con el fin de obtener el máximo beneficio económico.
En total, la cantidad defraudada a través de este método asciende a más de 180.000 euros. Hasta la fecha, se han presentado más de 67 denuncias relacionadas con estos hechos en diferentes lugares de España, según detalla la Jefatura Superior de Policía en un comunicado.
Centro de operaciones en Valencia
Además, los agentes han localizado un piso en València que servía como centro de operaciones para la organización criminal. Durante el registro, se incautaron 24 teléfonos móviles, 44 tarjetas SIM, ocho tarjetas bancarias, diversa documentación, una pistola de proyectiles de goma y otra pistola cargada.
La banda estaba perfectamente estructurada, con roles claramente definidos entre sus miembros. En el nivel más bajo de la organización se encontraban los llamados «muleros«, quienes, a cambio de una compensación económica, utilizaban sus cuentas bancarias para recibir el dinero obtenido de las extorsiones o se encargaban de contratar los números de teléfono desde los cuales se enviaban los mensajes a las víctimas.
En un segundo nivel se encontraban aquellos que realizaban las llamadas y enviaban los mensajes amenazantes. Además, había personas encargadas de controlar a los «muleros», mientras que en la cúspide de la organización criminal se encontraban los líderes.
Estos líderes no dudaban en agredir y amenazar de muerte a los «muleros» cuando no lograban obtener el dinero proveniente de las extorsiones. Por lo tanto, también se les imputan los delitos de detención ilegal y lesiones.