El hallazgo permitirá ampliar el conocimiento sobre la prehistoria en una zona excepcional de Barcelona, cerca del mar y rica en recursos naturales.
Un equipo de arqueólogos ha hecho un hallazgo significativo en el barrio del Poble-sec, al pie de la montaña de Montjuïc. Durante los trabajos de reurbanización en los jardines de les Hortes de Sant Bertran, se ha descubierto un yacimiento prehistórico que data del Bronce Inicial y del Neolítico Final.
Según el comunicado del Ayuntamiento de Barcelona, el yacimiento abarca unos 15 metros cuadrados y contiene más de 700 restos, incluyendo cerámicas y conchas. Este descubrimiento ofrece una ventana única a la vida de los habitantes de la región entre aproximadamente el 3400 y el 1700 a.C.
El hallazgo permitirá ampliar el conocimiento del periodo histórico de los restos en una zona excepcional, en pleno centro de la capital catalana y cerca del mar, un espacio muy fértil en recursos naturales, sobre todo marítimos.
Los análisis preliminares sugieren que el yacimiento está compuesto por seis niveles estratigráficos. Cinco de estos niveles pertenecen al Bronce Inicial, mientras que el sexto se remonta al Neolítico Final. Entre los hallazgos destaca una estructura de combustión, posiblemente una chimenea, que indica la presencia de un asentamiento en uno de los niveles.
El equipo de investigación, conformado por arqueólogos y especialistas de la Universitat de Barcelona (UB) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), está realizando estudios exhaustivos para determinar la función de cada nivel. Los hallazgos revelan que durante el Bronce Inicial, los habitantes de la zona se dedicaban a la recolección de conchas y moluscos, tanto para consumo como para la creación de elementos decorativos. En contraste, en el periodo del Neolítico Final, se ha observado que trabajaban el jaspe local para fabricar herramientas.
El Ayuntamiento ha asegurado que, mientras continúan los trabajos arqueológicos, las obras en el resto del sector de los jardines seguirán con normalidad, bajo estrictos controles arqueológicos para proteger cualquier posible hallazgo adicional.
