La mayoría de las víctimas tenían alrededor de 20 años cuando fueron captadas e iniciadas en las terapias, incluso siendo menores de edad cuando ingresaron en la secta.
La Guardia Civil, en la operación denominada «Avicena», ha arrestado a tres personas como líderes de una secta que operaba en un chalet en La Pobla Tornesa (Castellón). Los detenidos están acusados de delitos como asociación ilícita, intrusismo laboral, contra la salud pública, agresión sexual y revelación de secretos, entre otros. Entre los detenidos se encuentra la maestra de la secta y su esposo.
Los agentes han desmantelado una secta destructiva, conocida como secta psicoterapéutica, que se disfrazaba como un grupo de psicoterapia convencional. Su líder se autodenominaba como maestra y afirmaba tener la verdad absoluta. Se presentaba ante sus supuestos clientes y seguidores como la única persona capaz de ayudarles a resolver sus problemas.
Los líderes de este presunto culto llevaban años realizando estas actividades y recientemente se habían establecido en un chalet en la localidad de Pobla Tornesa, en Castellón. Sus seguidores acudían con frecuencia a terapias y rituales chamánicos desde diferentes puntos de España.
Inicio de la investigación
La investigación se inició después de que los padres de dos víctimas presentaran una denuncia, informando sobre la existencia de un grupo de personas perjudicadas que lograron salir de la secta y estaban dispuestas a denunciar los hechos que habían sufrido.
En esta secta, era común la práctica de rituales chamánicos que involucraban el consumo de drogas, mezcal y sustancias alucinógenas, seguidos de desnudos colectivos y talleres relacionados con los chakras y terapias sexuales. En ocasiones, estos actos se llevaban a cabo en contra de la voluntad de las víctimas, después de anular su voluntad, y en algunas ocasiones se filmaban en la vivienda de Pobla Tornesa, donde presuntamente también se produjeron varios casos de abuso sexual.
Las sesiones y rituales debían ser celebrados según las indicaciones y exigencias de la maestra. Para lograr sus objetivos, amenazaba a las víctimas con castigos, humillaciones e incluso con el rechazo, aprovechándose de la dependencia emocional que había creado en el resto de los miembros.
Modo de captación
Todas las víctimas fueron reclutadas a través de personas de confianza de los líderes de la organización, centrándose principalmente en jóvenes vulnerables emocionalmente y en busca de soluciones a sus problemas.
La mayoría de las víctimas tenían alrededor de 20 años cuando fueron captadas e iniciadas en las terapias. Todas ellas atravesaban un bajo estado anímico debido a problemas personales o emocionales. Algunas de ellas estuvieron involucradas en el colectivo durante más de 15 años, incluso siendo menores de edad cuando ingresaron.
La situación personal de las víctimas facilitó la manipulación por parte de la maestra, quien utilizó diversas técnicas de control, persuasión, dependencia emocional y separación afectiva de su entorno más cercano con el objetivo de alejarlas de ellos e integrarlas en la llamada «Familia del Alma«.
La líder de la secta ofrecía terapias a los afectados a cambio de pagos elevados, y a medida que aumentaba la fidelidad y dependencia emocional de las víctimas, aumentaba el precio de dichas terapias. Los pagos se realizaban de forma encubierta para evitar la detección de estas actividades por parte de las autoridades.
Las personas afectadas se encuentran principalmente en las provincias de Tarragona, Castellón y Barcelona, y se estima que su número ronda el centenar, considerando aquellas que han presentado denuncia y otras que han sido plenamente identificadas a lo largo del prolongado periodo de actividad de este grupo.
Pruebas de confianza y fidelidad
Los líderes de la secta sometían a los seguidores más devotos a pruebas de confianza en las que se les exigía el pago de más de 10.000 euros para acceder al círculo íntimo de la líder. En caso de negarse, se les amenazaba con ser repudiados por el resto de personas que formaban parte de la secta y de la cual ya estaban separados de su entorno social anterior.
Además, existía un grupo selecto y de mayor importancia en la jerarquía de la secta conocido como «el Círculo» o «los Veteranos». Este grupo estaba formado por varias personas, algunas de las cuales llevaban más de 15 años dentro del colectivo. A ellos se les revelaban intimidades y datos personales del resto de los miembros para que pudieran ejercer influencia sobre ellos.
En el registro realizado en el chalet donde se llevaban a cabo las sesiones grupales y de supuesta psicoterapia, se ha encontrado una importante suma de dinero en efectivo, distribuido en sobres con anotaciones de los nombres de las presuntas víctimas. También se han encontrado listados de pagos por las sesiones realizadas, sustancias psicotrópicas utilizadas en los diferentes rituales para inducir un estado de alucinación y pérdida de voluntad en las víctimas, así como numerosas agendas y anotaciones relacionadas con la vida y los datos personales de posibles víctimas del entramado sectario.
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Castellón, que ha recibido a los tres detenidos, así como todas las pruebas y evidencias encontradas durante el registro. La operación ha sido llevada a cabo por agentes del Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, de la Jefatura de Información (UCE-3) y de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón.