Destituir ya a Llanos Massó

Destituir ya a Llanos Massó

La presidenta de las Cortes Valencianas se aferra al cargo pese a que siempre defendió que los políticos no tengan ni sueldo, ni asesores.

 

El refranero español advierte que “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Es algo que se ha vuelto a poner de manifiesto con la impresentable decisión de la todavía presidente de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, de aferrarse al cargo, el coche oficial y un sueldazo de más de 100.000 euros al año, a pesar de que la formación ultra en la que milita ha roto el pacto de gobierno con el Partido Popular en la Comunitat Valenciana.

La presidente, además de defender un discurso rancio y nocivo para la sociedad, resulta abiertamente incongruente con el ideario de su partido sobre los chiringuitos políticos y con la verborrea que ella misma ha utilizado cada vez que ha tenido ocasión.

Ayer, sin ir más lejos, mi buen amigo Javier Serralvo me recordaba por Facebook que ha coincidido en numerosas ocasiones con la tal Massó en una tertulia radiofónica en la que ésta solía defender que “las autonomías no deben de existir” y que “los políticos no han de cobrar, ni tener asesores”.

Massó, presidente alférez de las Cortes Valencianas, tiene la firme voluntad de vivir a cuerpo de reina a costa del erario público. Una lamentable situación que se produce por culpa del Partido Popular y de su presidente en la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, que fue quien hace una año cometió la indignidad de alcanzar un pacto de gobierno con el partido racista y colocar a ultracatólica Massó como segunda autoridad de la Comunitat Valenciana.

El Partido Popular tiene la oportunidad de promover una reforma del reglamento que permita cesar a la ultracatólica Llanos Massó como presidente de las Cortes Valencianas.

Ahora que el pacto ha saltado por los aires, el PP tiene la oportunidad de propiciar una reforma del reglamento de la cámara que permita cesar a la dirigente de Vox. Se trataría de devolver la dignidad al parlamento valenciano y de que Carlos Mazón pudiera expiar una parte de sus culpas, aunque no la mácula del pecado original que cometió el día que abrió a los ultras de par en par las puertas de las instituciones autonómicas.

Es una culpa que acompañará siempre al President de la Generalitat porque, para su vergüenza, no fue él quien rompió con la ultraderecha, fueron los ultras los que se encargaron de dejar plantado al PP.

Falta saber si la alcaldesa Begoña Carrasco echará del equipo de gobierno a los concejales ultras o si seguirá poniendo la otra mejilla para evitar problemas venideros

Por lo tanto, Mazón cuenta con credibilidad cero en materia de defensa de los valores de la democracia, como ponen de manifiesto las enormes tragaderas que ha desarrollado con asuntos tan sensibles como inmigración, valencià, memoria histórica, violencia machista o derechos del colectivo lgtbiq+.

Falta saber si la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, será más osada que sus presidentes nacional y autonómico o si, como aquellos, seguirá poniendo la otra mejilla y permitiendo que los ultras continúen diciendo barbaridades desde el equipo de gobierno municipal. La papeleta de Carrasco no es sencilla, los ultras son imprevisibles y si los echa pueden dejar de proteger al concejal 134 y sus multas supuestamente no abonadas.

Rafa García. Periodista

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