La Policía Nacional ha detenido en Alicante a dos hombres como presuntos autores de cuatro estafas a diferentes víctimas de diferentes puntos de la geografía española, a las que supuestamente habían realizado cargos fraudulentos en sus cuentas bancarias --tras obtenerlos con técnicas de 'phising'.
Dos hombres han sido detenidos en Alicante como presuntos autores de cuatro estafas a diferentes víctimas de distintos puntos de España. Los acusados habrían realizado cargos fraudulentos en las cuentas bancarias de sus víctimas después de obtenerlas con técnicas de «phishing«. Presuntamente, estafaron casi 4.000 euros con la adquisición de productos de tecnología de última generación, alcohol y tabaco en comercios de Albacete.
La investigación se inició a raíz de las denuncias de cuatro personas de diferentes lugares de España que habían visto cargadas en sus cuentas bancarias importantes cantidades de dinero en concepto de compras realizadas en comercios de Albacete el mismo día. Tras detectar la posible conexión entre las diferentes denuncias, los investigadores de Albacete lograron identificar a los autores de las estafas.
Se trata de dos hombres de 25 y 28 años con numerosos antecedentes por estafa, afincados en Alicante. Uno de ellos ya había sido identificado y detenido por hechos similares en Albacete el año anterior. Ambos fueron detenidos la semana pasada y han pasado a disposición judicial en los Juzgados de Instrucción de Alicante.
Consiguen los datos del titular mediante técnicas de ‘phising’
Los dos detenidos formarían parte presuntamente de una banda organizada que opera en España y que actúa en dos fases bien diferenciadas. En primer lugar, utilizan técnicas de phishing para obtener los datos del titular de la tarjeta bancaria.
Para ello, aprovechan vulnerabilidades de las entidades bancarias, los comercios o la falta de precaución de los propios clientes, a quienes envían mensajes que aparentan ser de su entidad bancaria u otro comercio y les invitan a hacer clic en un enlace que en realidad proporcionará a los delincuentes acceso a todos los datos de su ordenador o dispositivo móvil.
En una segunda fase, entran en juego las «mulas», personas cuyos teléfonos móviles están vinculados a los datos de las tarjetas de las víctimas. Estas personas, aprovechando que algunos comercios no solicitan identificación al realizar pagos con el teléfono móvil, realizan todo tipo de compras hasta que agotan el saldo o límite que las tarjetas o cuentas bancarias dispongan. Suelen desplazarse a ciudades cercanas a sus lugares de residencia para dificultar su identificación.