Dulzura, dientes y una oportunidad irrepetible

Dulzura, dientes y una oportunidad irrepetible

La llegada de un cachorro es tan tierna como compleja.

 

Incorporar un cachorro a nuestras vidas es una decisión super dulce, tierna y exigente. Entender lo que realmente necesita puede marcar la diferencia entre convivir con un perro feliz… o frustrado.

Esa bolita de pelos y dientes no suele venir con manual de instrucciones (o sí, pero no sabemos leerlo). Lo que sí que trae son un montón de necesidades que cubrir, casi tantas como nuestras expectativas. Casi.

Queremos que se comporte, que sea educado, que no rompa los muebles, que no se haga pipí, que no ladre, que no… que no… que no… Umm.

Tener un cachorro no siempre es fácil. Si, esa adorable criatura a veces desquicia.

Spoiler: esa etapa pasará, se pasa. Y lo hace más rápido de lo que parece. Lo que hagas en ella tendrá gran importancia en su vida de adulto.

Ten en cuenta que tu cachorro:

  • No está preparado para estar solo. Ni sabe, ni puede, ni siquiera para dormir. Si llora, no es chantaje, es necesidad.
  • Con la comida no se juega. La comida es una necesidad básica, no una herramienta de control. Restringir la ingesta de comida puede causar problemas con la comida ¿Has visto a las perras usar reloj?
  • Cada cosa a su edad. Y hasta los 4 meses: ¡licencia de cachorro! Recuerda que el autocontrol es algo dificilísimo para los cachorros y que el control represivo no es autocontrol.
  • Explorar no es necesario, ¡es obligatorio! Si no usa ahora sus sentidos, lo hará más tarde… y probablemente de peor forma (por ejemplo, en la adolescencia). Permítele conocer el mundo contigo.
  • Recuerda, no eres su manada. Por mucho que te adore, no eres un perro. Tu cachorro necesita relacionarse con su especie. Jugar con otros cachorros, equivocarse, negociar, aprender…
  • Deja que descubra y se equivoque. Descubrir, probar, explorar, acertar, equivocarse le dará confianza y experiencia. Si hay algo que limitar, que sea por seguridad.
  • Paseo adecuado a sus necesidades. Al bracito antes de las vacunas. Cuando empiece a pasear, poco a poco, aunque lo parezca, su cuerpo y mente pueden no estar preparados para tanto ejercicio y estímulos.
  • Controlar el pipí no es fácil. Hacer pis después de jugar, dormir o comer no es un fallo, no es un desafío, es biología. Observa, acompaña y acierta con tu perro.
  • Necesita que entiendas cómo aprende. Para ello, fórmate y busca ayuda. La intuición, el amor y la experiencia puede ser algo fantástico, pero a veces no basta.

Mira los arañazos de tus brazos, los bocaditos, eso que acaba de romper tu cachorro…. Estás en uno de los momentos más importantes de su vida (y de la tuya).

En tu mano está la base de su vida adulta.

¿Hacemos un gran perro?

M Cinta Marí Marco. Educadora Canina.

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