Compromís pide condenar los ataques e intimidaciones de la extrema derecha producidos esta semana en el Casal Popular de Onda.
Esta semana, según denuncia Compromís, el Casal Popular de Onda ha sido blanco de un ataque perpetrado presuntamente por la extrema derecha durante una charla LGTBI. La diputada provincial, María Fajardo, ha expresado su preocupación, señalando que este incidente no es aislado y que las agresiones durante el primer fin de semana de las fiestas de la Magdalena por parte de grupos de extrema derecha podrían haber influido en estas pintadas e intimidaciones en otra localidad de nuestras comarcas.
Fajardo ha instado a las instituciones a tomar en serio esta cuestión y ha solicitado al Ayuntamiento de Onda que condene estos ataques al Casal Popular y brinde apoyo institucional y político a sus miembros. El Casal Popular ha presentado una denuncia ante las autoridades correspondientes, pero Fajardo ha subrayado la necesidad de ofrecer un respaldo institucional inmediato en esta situación.
Por otro lado, Rubén Sánchez, portavoz de Compromís por Onda, ha alertado sobre las consecuencias peligrosas de este tipo de actos en la ciudad, como la rotura de ventanas en el Casal Popular y la persecución a personas pertenecientes a ciertos colectivos, boicotear eventos como el Día del Orgullo y de tapar carteles publicitarios con esvásticas. Sánchez ha enfatizado la importancia de posicionarse en contra de estos actos y de activar mecanismos de control para garantizar la seguridad en Onda.
Fajardo ha destacado que estos incidentes evidencian la peligrosidad de la proliferación y normalización de los discursos de odio promovidos por la extrema derecha. Estos discursos, que señalan a colectivos y personas simplemente por pensar diferente, fomentan un ambiente propicio para actos violentos que pueden tener consecuencias graves.
Compromís propone que el Ayuntamiento de Onda se pronuncie públicamente en contra de cualquier forma de validación institucional de los discursos de odio. Además, se comprometen a evitar la propagación de estos discursos para prevenir la deshumanización de aquellos que piensan de manera diferente y, como resultado, la trivialización de la violencia política.
Por último, Sánchez ha hecho hincapié en que las conductas mostradas en los plenos municipales, donde las descalificaciones son habituales, contribuyen a generar odio en la población. Esto se suma a una tendencia de radicalización, impulsada también por la política a niveles superiores, que promueve una mentalidad de «todo vale» y la persecución de aquellos que no comparten las mismas ideas.
