Diferentes vuelos provenientes de México, Brasil, Holanda o Portugal han debido ser desviados al aeropuerto de Valencia a consecuencia del cierre del tráfico aéreo de los aeropuertos de Madrid y Barcelona.
Y es que un cohete chino circulaba sin control y se preveía que cayera sobre la zona central de la tierra, sin punto preciso, en los próximos días.
Así, conforme ha publicado el Aeropuerto de Valencia mediante su cuenta de Twitter, esta mañana se ha desviado un vuelo proveniente de México con destino a la capital española, que por último ha tomado tierra en el aeropuerto de Manises.
Igualmente el aeropuerto de Castellón ha tenido que suspender sus vuelos pero ya están en activo de nuevo.
Lo mismo han hecho múltiples aeroplanos que debían aterrizar en el aeropuerto de Barcelona provenientes de Amsterdam, S. Paulo o Lisboa.
La Comunitat Valenciana fuera de la órbita
Desde Urgencias 112CV han informado que de momento la órbita del cohete chino sin control no afectaba al espacio aéreo valenciano por lo que no se ha cerrado el aeropuerto de Manises ni se adoptaría ninguna medida mientras que las autoridades eficientes no señalasen un cambio de dirección en la órbita del cohete chino Long March, de veintitrés con tres toneladas de peso, que circulaba por la tierra sin control.
EL COHETE CAE SOBRE EL PACÍFICO SUR
Según el Ejercito de los Estados Unidos, el cohete chino sin control ya ha caído en el Pacífico Sur.
El artefacto, que tenía España en su trayectoria, da múltiples vueltas en torno a la Tierra. Las autoridades chinas dejaron que un módulo del Larga Marcha-5B, de veinte toneladas, se desprendiese de forma embrollada tras ponerse en órbita la última fase de su estación espacial.
China ha vuelto a crear una alarma global tras dejar caer sin control una parte de un cohete de su ambicioso programa espacial, el Larga Marcha-5B Y4, que puso en órbita la última fase de su estación espacial. El módulo del cohete pesa veinte toneladas, si bien la fricción contra la atmósfera acostumbra a desintegrar una buena parte de esta chatarra espacial en su vuelta a la Tierra.
Esta es la tercera vez en un par de años que las autoridades espaciales chinas producen este riesgo global, que la NASA ha calificado en otras ocasiones como irresponsable. La órbita anárquica de la chatarra espacial en la que China se deshace de este módulo hace realmente difícil calcular en qué momento y dónde va a caer específicamente, si bien sí se conoce su trayectoria de entrada, que incluye España.
El peligro de que cayesen piezas de chatarra espacial sobre el espacio aéreo ha obligado, por cautela, a inmovilizar la actividad en diferentes aeropuertos españoles. Barcelona, Tarragona, Ibiza y Reus han dejado de operar, conforme ha informado Protección Civil, si bien asimismo hay retrasos en Barajas.
En torno a las once de la mañana, llegaron las primeras noticias de personas que habían observado el fogonazo de la reentrada del cohete sobre Melbourne (Australia), coincidiendo con la órbita prevista, para entonces dirigir su trayectoria cara el Atlántico hacia la península Ibérica. A esa hora, efectuó su entrada sobre la atmósfera del Pacífico sur, conforme el mando espacial del Ejército de E.E.U.U.
Los últimos cálculos del organismo europeo encargado de la vigilancia espacial advertían de que el módulo de veinte toneladas, lanzado el treinta y uno de octubre desde Tiangong, pasaría sobre la península Ibérica, lo que la transformaba en un posible punto de impacto. Esas estimaciones (hechas a las 07.30 horas, hora peninsular de España) aguardaban el choque contra la atmósfera, a unos ochenta kuilómetros de altura, para las 09.50 horas, mas con una horquilla de una hora de margen de fallo.
La compañía Aerospace Corporation asimismo situaba la reentrada sobre España en la mañana del viernes, en torno a las doce y veinte, mas otros cálculos independientes lo postergaban hasta las catorce horas.
La complejidad para especificar el instante de la reentrada se debe a la alta velocidad del aparato, alrededor de ocho kilómetros por segundo, y a que no cuenta con ningún mecanismo para reorientar su reentrada.
El programa espacial chino deja de manera deliberada que caiga sin control sobre la Tierra la fase central de sus cohetes Larga Marcha, de unos treinta metros de largo y cinco de diámetro, cada vez que los utilizan. Como prácticamente siempre y en todo momento en estos casos, lo más probable es que los restos se desintegren en la fricción contra la atmosfera y la parte que subsista caiga sobre los océanos.
Mas todos y cada uno de los cálculos asimismo incluyen ese breve paso por el sur de Europa y la península Arábica. La última vez que China provocó este susto planetario fue el treinta de julio, cuando una gran parte de esta morralla espacial se desintegró sobre el sureste asiático. En mayo de dos mil veintiuno, estos restos del cohete asimismo pusieron bajo riesgo a la península Ibérica, si bien por último cayó en el océano Índico, cerca de India y Sri Lanka.
La NASA respondió con un comunicado muy crítico:
Está claro que China no está cumpliendo con los estándares responsables respecto a su basura espacial.
Cuando se dan estas situaciones, se hace un barrido con 3 radares, tras la hora estimada de caída, para garantizar que el objeto en cuestión no prosigue orbitando. E.E.U.U. cuenta con un satélite de infrarrojos para captar la gran energía generada por la morralla al chocar contra la atmósfera y así garantizar el punto de entrada.
Probablemente no se llegue a saber dónde han caído los últimos restos. En el mes de julio, se conoció el punto de entrada por el fogonazo que provocó en la noche, captada por ciudadanos y ciudadanas particulares con sus móviles. En dos mil veintiuno, sencillamente se dio por sentado que cayó en el Índico lo que subsistió del cohete en la atmósfera, tras la confirmación oficial de China, y la información facilitada por el 18º Escuadrón de Defensa Espacial del Ejército de E.E.U.U.