¡Qué momentos aquellos en los que deseábamos e imaginábamos nuestro futuro de mayores!
Estamos viviendo momentos difíciles, y en no pocas ocasiones momentos sin sentido ni lógica ninguna.
En estos días me asaltaba una duda; yo soy un hombre de piel blanca, ¿soy un hombre blanco o puedo auto percibirme como hombre negro?, ¿y, si me percibo como hombre negro, mi piel se cambiaría a negra o sería entonces un hombre negro aunque mi piel continuara siendo blanca?, ¿qué pesa más, lo que percibo en el espejo o mi auto percepción de lo que percibo?
Sin duda que si mi genética es la que es y mi piel es la que es, aunque yo me auto perciba con otra genética o con otro color de piel no cambia nada y tendremos que mirar por qué mi percepción de la realidad está distorsionada
Esto me lleva a reflexionar sobre en el sufrimiento de tantas personas, hombres y mujeres, que se miran en el espejo y lo que ven no les gusta, personas en las que no coincide la imagen que aparece con su percepción de la realidad. Personas que no sienten que su forma es la que refleja el espejo, que sienten que se encuentran en un cuerpo equivocado. Estas personas desearían poder cambiar lo que ven y su padecimiento llega, a veces a tal extremo que pueden auto mutilarse, cayendo, en bastantes ocasiones, en la depresión, en la bebida o las drogas y el suicidio.
La solución no se encuentra en decirles que tienen razón, que la anatomía está equivocada, que el espejo está equivocado, que la realidad es su percepción interna y no la evidencia que se observa, porque les estaríamos haciendo un flaco favor.
No podemos animarles a que se mutilen ni se realicen operaciones para adecuar su cuerpo a la percepción que tienen de sí mismos, porque, de todos es sabido, que la ANOREXIA, es una enfermedad importante y requiere ayuda de un especialista.
No puedo dejar de recordar cuando de niños, la mayoría deseábamos ser astronautas, bomberos, princesas y policías; ¡qué momentos aquellos en los que deseábamos e imaginábamos nuestro futuro de mayores!. Menos mal que los adultos no desarrollaron leyes para que se hicieran realidad nuestros sueños y deseos, puesto que de haberlo hecho, hoy estaría el planeta repleto de astronautas, policías, bomberos y princesas, y viviríamos en un mundo irreal.
Hoy, como producto de la pérdida del sentido común sí que se pretende que los deseos de un menor, bien sean propios o inculcados por mayores, a través de series de dibujos, películas o charlas en los colegios, se puedan realizar; y de esta guisa, podemos hormonarles y mutilarles, porque el espejo está equivocado, la naturaleza está equivocada y lo realmente cierto es lo que siente y lo que auto percibe el menor, que en lugar de ser bombero o astronauta desea ser del género contrario al que ve en el espejo.
Y así, ahora ya sí, el futuro estará repleto de personas que, con una auto percepción inducida y por lo tanto equivocada en su infancia, decidieron a los 8 años que debían cambiar de sexo, y de mayores se dieron cuenta de que realmente no querían ser bomberos ni astronautas y que esa percepción de género era solo una ilusión infantil, una inducción mal intencionada, y que se encuentran mutilados y hormonados porque unos adultos sin conciencia ni escrúpulos, se empeñaron en fomentar su ilusión de que se les asignó, al nacer, un género que no les correspondía, ya que la percepción biológica, hombre y mujer, estaba equivocada y deberíamos haberle preguntado al recién nacido si se sentía hombre o mujer antes de asignarle género alguno por el médico, que se dejó llevar, irresponsablemente dicen, por la evidencia biológica visible.
Quiero invitar al lector a que reflexione sobre lo siguiente. Si un menor no tiene capacidad para votar y decidir quién debe ser el presidente del gobierno, ni cuál debe ser el plan de estudios que debe seguir, o cómo ha de ser la política y la economía del país en el que vive, no puede comprar tabaco ni beber alcohol, ¿Por qué sí puede decidir si mutila su cuerpo?
Quiero decir que, ¿Cuál es el motivo por el que siempre que hablamos de que los menores tienen derecho, nos metemos en su cama y en su sexualidad?, ¿Por qué nos centramos solo en que son suficiente maduros para tener relaciones con adultos y para cambiar de sexo y no para otras cosas?, ¿Se encontrará la malvada Agenda 2030 detrás de toda esta manipulación perversa?
Espero que retomemos el norte y la cordura y ayudemos a nuestros hijos a disfrutar de una infancia feliz para que mañana sean adultos felices, y aprobemos las leyes necesarias para protegerlos de pederastas y manipuladores que les adoctrinan en identidades sexuales que no son de su interés en la infancia y que van a destrozar su futuro.
Porque respeto que un adulto quiera experimentar con su cuerpo, con su sexualidad y mutilarse u hormonarse; allá él o ella, pero dejemos a los niños vivir su infancia y no se la modifiquemos al antojo de personas sin ética ni conciencia.
No podemos permitir, los padres, que jueguen con nuestros hijos y les destrocen la vida.
Porque, a no ser que el espejo esté distorsionado a propósito, su reflejo es una evidencia de la realidad y, por supuesto, el dato mata el relato.
Mateo
Presidente Asociación Policías por la Libertad
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