No es un titular exagerado si atendemos al relato de los hechos.
Cuando las cosas se hacen mal se puede deber a errores, comprensibles en aquellos que se ven obligados a tomar decisiones a diario, pero cuando las formas son totalmente contrarias a lo correcto cualquier relato se convierte en “culebrón”.
Hace unos meses un amigo de la directiva de la AAVV de La Guinea se prestó voluntario para implantar en el sistema informático de la sede de la asociación el certificado digital que la Generalitat Valenciana exige para la firma de documentos dirigidos a las instituciones, como Ayuntamiento o Diputación.. Su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que la documentación entregada por la Conselleria a la presidente de la asociación carecía de los más mínimos datos necesarios para realizar la operación.
Además la Consellería se equivocó a la hora de anotar la dirección de correo electrónico de la AAVV por lo que en esta no se recibía nada de la Generalitat.
Se decidió enviar la solicitud de los datos necesarios a la Conselleria a través del correo electrónico de la secretaría de la asociación.
No hubo respuesta, el Ayuntamiento citó en Hermanos Bou, en Participación Ciudadana, a los responsables de la AAVV para firmar un documento y entregar las llaves.
Fue imposible localizar y ponerse en contacto con el concejal responsable, Francesc Mezquita, por lo que tras varios intentos fallidos se recurrió a la propia alcaldesa, Amparo Marco, para que mediara en el asunto.
Pocos días después, el propietario del local se presentó en la sede pidiendo el desalojo de su local el día 31 ya que el Ayuntamiento le había comunicado que dejaría de pagarle el alquiler.
Por fin se consiguió concertar una reunión, ayer día 25, con los responsables municipales quienes tras pedir disculpas “por las formas que no han sido correctas” confirmaron el cierre del local para el próximo día 31 con la promesa de facilitarles otro local.
Fuentes del movimiento vecinal no dudan en afirmar el nulo compromiso del Ayuntamiento con las AAVV y la despreocupación total sobre todo aquello que afecte a las asociaciones, llegando a dejar caer que la intención del ayuntamiento es terminar con el asociacionismo vecinal.