Afirman que la reforma de la avenida Lidón gana espacio público seguro para las personas y reduce el tráfico
La remodelación, afirman desde el Ayuntamiento, fomenta una movilidad sostenible, que prioriza al peatón y al ciclista, y disminuye la presión del vehículo privado, omitiendo todos los perjuicios que la «nueva vía» va a suponer para vecinos y usuarios.
La remodelación de la avenida Lidón de Castellón se centra en la mejora de la movilidad peatonal y ciclista, ganando espacio para las personas y reduciendo la presión del vehículo privado, de forma que se fomente la creación de una zona más segura y saludable. Estas son algunas de las líneas estratégicas que recoge el anteproyecto de la reforma de la avenida en materia de movilidad. Un documento que se ha elaborado de forma colaborativa con la incorporación de más del 90% de las propuestas surgidas del proceso de participación y que se incluye en el pliego de condiciones técnicas para la licitación de la redacción del proyecto y de la ejecución de la obra aprobado en Junta de Gobierno Local.
“La reforma de la avenida Lidón nos permitirá crear un espacio más seguro para las personas, especialmente para los niños y niñas y para los mayores, con más metros cuadrados para los peatones e itinerarios seguros y accesibles”, ha explicado la alcaldesa, Amparo Marco. Además, ha detallado que tras la intervención, el vial que conecta María Agustina con Lledó, “dispondrá de más zonas verdes, de sombra, de juego y de descanso, un nuevo carril bici y menos tráfico, fomentando así la movilidad sostenible y un espacio saludable tanto para las personas como para el medio ambiente”.
A falta del proyecto definitivo, el anteproyecto de la mejora de la avenida Lidón prevé en materia de movilidad el incremento del espacio para el peatón en más de un 35% (pasando del 31% al 68%). Prioriza así el uso del espacio público por parte de las personas, mientras reduce notablemente el tráfico de paso. En este sentido, la previsión es que dejen de circular por la avenida, a diario, más de 3.700 vehículos, pasando de los 4.251 actuales a 537. Más metros cuadrados para las personas y menos para los coches, fomentando así un espacio más saludable y reduciendo las emisiones de carbono en un 87% (de 507 Kg CO2/día a 64). Además, se aumenta la longitud de itinerarios seguros, de 910 a 1.413 metros; y se introduce un carril bici de 1,4 kilómetros, que recorrerá toda la avenida desde la plaza María Agustina hasta Lledó.
Respecto a las plazas de aparcamiento, aumentan respecto a las actuales; de 397 a 435, asegurando una distancia peatonal a las plazas existentes de máximo 5 minutos a pie. Habrá bolsas de aparcamiento, en la zona comprendida entre María Agustina y Tombatossals; y un parking disuasorio que estará ubicado entre Tombatossals y la ronda de circunvalación.
Una avenida con el tráfico pacificado
La nueva ordenación del tráfico, en varios tramos -uno de ellos exclusivamente peatonal-, la reordenación de las direcciones de circulación y los diferentes elementos de la reforma contribuirán a que la avenida Lidón sea una zona con el tráfico pacificado, por la que se circule a baja velocidad, dejando así de ser una vía rápida de entrada y salida de la ciudad.
En este sentido, el anteproyecto de reforma divide la ordenación de la avenida en tres tramos que priorizan a los peatones y ciclistas y en todos ellos se garantiza el acceso de vehículos de residentes, de emergencias y de servicios urbanos. En el tramo 1, de la plaza María Agustina a Tombatossals, el anteproyecto prevé manzanas que se pueden recorrer en vehículo y otras que son peatonales. En esta zona se permitirá el acceso al colegio en las horas punta, tanto a vehículos particulares como al transporte público. En el tramo 2, de Tombatossals a la ronda de circunvalación, se permite el tráfico a velocidad reducida en las dos direcciones. El tramo 3, desde la ronda a la basílica, será peatonal (aunque seguirá permitiendo en todo caso el acceso a residentes y de vehículos de emergencias y de servicios urbanos).