Es gravísimo que este Tribunal Constitucional en el que okupan sillones togas caducadas haya violentado la soberanía popular impidiendo el derecho a legislar y el voto de los parlamentarios elegidos por sufragio universal. ¡Danger! La Democracia está en serio peligro.
Aunque irrita mucho al derechío y al facherío rampantes, me gusta utilizar la expresión ‘la Brunete Mediática’ que según diversas fuentes acuñaron en la década de los 90 del siglo pasado el fallecido presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el entonces portavoz del Grupo Vasco en el Congreso de los Diputados, Iñaki Anasgasti, para referirse al conglomerado de medios de comunicación que habitualmente fustigaba a su partido. Con el paso de los años parte de la izquierda también hizo suya esta denominación para referirse a los sectores más radicales de la prensa escrita y hablada de la derecha.
El problema es que lo que empezó siendo ‘Brunete Mediática’ ya es mucho más que mediática, ha evolucionado hasta configurar un cóctel de actores que, sin ningún tipo de complejos, recurre a lo que sea menester para salirse con la suya.
Si gobierna la derecha, la izquierda por responsabilidad tiene que renovar los órganos de gobierno de los jueces y el Tribunal Constitucional, respetando las mayorías del momento. Si gobierna la izquierda no se pacta absolutamente nada para perpetuar durante años a okupas con toga en unos puestos que ya no les corresponden.
Y si aterriza por Madrid un tal Feijóo comprometiéndose a desencallar la situación, las correspondientes fuerzas mediáticas, portada mediante, y otras aparentemente ocultas reconducen la situación haciendo claudicar al líder nacional del Partido Popular.
La consigna es clara: bloquear hasta el infinito y más allá. Y si el Gobierno de España decide legislar para superar tamaño desvarío, se presenta un recurso ante el Tribunal Constitucional para que éste impida que el Parlamento español haga su trabajo, para impedir el voto de los legítimos representantes de la soberanía nacional, que según consagra la Constitución reside en el pueblo español, que a su vez delega en sus representantes elegidos por sufragio universal.
Por supuestísimo, la mayoría togada en la que okupan sillas personas con mandato caducado permite que estos sujetos diriman sobre un asunto que les afecta directísimamente.
Si transcurridos los cuatro años del mandato de Pedro Sánchez éste se resistiera a convocar elecciones, todos tendríamos muy claro cómo definir la situación. Me pregunto por qué razón los francotiradores impresos de la ‘Brunete Mediática’ nacional y su sucursal levantina miran para otro lado o no denuncian semejante atropello a la Democracia. ¿Será porque son demócratas hasta cierto punto, el punto de la conveniencia?
Reconozco que anoche hube de mirar el calendario porque a pesar de que ya no hace calor, me daba la impresión de que en vez de 19 de diciembre podría ser 18 de julio.
Luego, antes de dormir, opté por relajarme viendo una buena película. No sé por qué me decante por uno de los clásicos más reconocidos de la historia del celuloide: ‘El Golpe’.