Monseñor López Llorente ha ordenado diáconos a los seminaristas César Igual, Jesús Chávez y Jon Solozábal, como paso previo al presbiterado.
La ceremonia ha tenido lugar en la concatedral de Santa María de Castellón, que ha contado con la presencia multitudinaria de sacerdotes en la celebración eucarística, así como la asistencia numerosa de fieles, entre los que se encontraban los familiares de los nuevos diáconos, que han querido acompañarles en esta solemne y preciosa ceremonia.
El obispo de nuestra diócesis ha recomendado a los nuevos diáconos que sean signo permanente de Cristo, siervo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz: “¡Sed siervos con vuestra palabra y, sobre todo, con vuestra vida! ¡Mantened siempre viva esta vuestra condición de ‘siervos’, de servidores de Cristo, de su pueblo y de su misión; también cuando seáis presbíteros! Ello os librará de la tentación de consideraros dueños del pueblo de Dios, de buscar los primeros puestos y de la tentación de la mundanidad, siempre al acecho“.
Asimismo, le ha explicado que, durante la imposición de sus manos y la oración consagratoria, “El Señor derramará sobre vosotros su Espíritu Santo, y así quedaréis ungidos por el espíritu y consagrados diáconos. De este modo participaréis de los dones y del ministerio que los apóstoles recibieron del Señor resucitado, y seréis en la Iglesia y en el mundo signo e instrumento de Cristo, que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida para el rescate de muchos”.
Don Casimiro ha referido que, cuando estén postrados en tierra en forma de cruz, “vais a mostrar que acogéis en vuestra propia vida la cruz de Cristo, que es la entrega total de sí mismo por amor. Como nos recuerda el Jesucristo en el evangelio, no se genera nueva vida sin entregar la propia. Amar como Él significa darse sin escatimar nada, hasta desaparecer uno mismo. Solamente el don total de sí libera la capacidad del hombre y de la mujer para amar de verdad”.
El obispo de la diócesis también ha referido a los nuevos diáconos la fuerza del espíritu santo con la que iban a ser ungidos, “capacitados y enviados para ejercitar un triple servicio, una triple diaconía: la de la Palabra, la de la Eucaristía y la de la caridad, en especial hacia los más pobres y necesitados, para los que habéis de tener una especial predilección“.
Al término de la celebración eucarística, numerosos sacerdotes y fieles se han acercado a los tres nuevos diáconos para felicitarles por el este nuevo paso importante en su vocación como presbíteros. El jueves 5 de diciembre, los tres participaron en una vigilia de oración vocacional y testimonial en la parroquia de la Santísima Trinidad, en Castellón. Demos gracias a Dios por este regalo y oremos por estos nuevos servidores del Pueblo de Dios en Segorbe-Castellón.