La investigación sobre la muerte de un hombre de 51 años la pasada semana en los lavabos del centro de salud Palleter de Castellón sigue su curso, ya que las circunstancias que rodearon este suceso, que causó gran conmoción entre los castellonenses, no están del todo claras y desde la Conselleria de Sanidad están revisando...
La investigación sobre la muerte de un hombre de 51 años la pasada semana en los lavabos del centro de salud Palleter de Castellón sigue su curso, ya que las circunstancias que rodearon este suceso, que causó gran conmoción entre los castellonenses, no están del todo claras y desde la Conselleria de Sanidad están revisando si se cumplieron los protocolos reglamentarios.
Y es que el paciente, que acababa de acudir al Hospital General con una taquicardia por consumo de cocaína y que fue dado de alta tras suministrarle un tranquilizante (diazepan), acudió al ambulatorio Palleter en malas condiciones de salud. Ya había ido horas antes de ser derivado al General.
No obstante, el sujeto, como relataron los testigos a Castellón Diario, en esta segunda ocasión que acudía al ambulatorio, se introdujo con celeridad, sin tan siquiera pasar por el mostrador de citas, en los baños, donde se encerró. Allí moriría sin que nadie, ni el personal de limpieza del centro ni ningún otro paciente o sanitario, se percatara de ello.
El ambulatorio cerró sus puertas a mediodía, era el viernes 8 de febrero, y no abriría sus puertas hasta el lunes, 11, cuando una paciente que esperaba turno para entrar en la consulta se topó de bruces con el cuerpo sin vida sobre un gran charco de sangre seca. Esta persona, entre gritos, avisó de inmediato al personal sanitario, que no pudieron hacer nada por su vida puesto que estaba fallecido. Fuentes fidedignas confirmaron a este diario que la cantidad de sangre que había en el baño bajo el cuerpo sin vida era “desproporcionada y escandalosa”.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Castellón practicaron la autopsia al cadáver cuyo resultado, según fuentes conocedoras de los hechos, apunta a que el hombre murió desangrado. Fuentes sanitarias consultadas especificaron que el consumo reiterado de cocaína, sustancia a que era adicto el fallecido, provocan hemorragias masivas que de no ser tratadas pueden desencadenar la muerte, como pasó en este caso. Fuera lo que fuere, el paciente permaneció horas desangrándose sin que nadie pudiera auxiliarle, sin poder pedir ayuda, ya que los baños, parece ser, no fueron revisados cuando se cerraron las puertas del ambulatorio.
Un suceso que pone en evidencia que no se siguen los protocolos de seguridad en los centros de salud de Castellón. Si la muerte de esta persona podía haberse evitado o no forma parte ya de una investigación interna que analiza la necesidad de revisar las estancias de los centros de salud antes de cerrar sus puertas.