El Consell remite las mediciones de olores del Serrallo pedidas por Almassora. El análisis muestra “bajas” emisiones de polución salvo 4 días en quince meses.
La Conselleria de Emergencia Climática, tras las mediciones efectuadas junto al polígono del Serrallo para la investigación de olores, ha concluido,
Todos los valores conseguidos entre el 1 de julio de dos mil veinte al veintidós de septiembre de dos mil veintiuno son concentraciones bajas.
Las conclusiones del protocolo trasladado a empresas y municipios abundan en,
No han superado los valores límite de los diferentes contaminantes excepto la concentración de sulfuro de hidrógeno, superado en 4 ocasiones en quince meses.
El protocolo de la Generalitat Valenciana arrancó el veinticinco de mayo a raíz de las reiteradas protestas del vecindario de la playa de Almassora y de la zona del Grao de Castelló con la meta de efectuar un seguimiento progresivo de las concentraciones de contaminantes en la zona perjudicada. La primera actuación fue la instalación de una unidad móvil de calidad del aire en terreno del Municipio de Almassora.
Más tarde, coincidiendo con el fin del estudio, la Generalitat Valenciana reemplazó la unidad móvil por una estación fija para dar continuidad al control de la calidad del aire en el emplazamiento.
La Conselleria de Emergencia Climática, por medio de la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental, empieza el protocolo de investigación en el momento en que una llamada al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat notifica de la existencia de olores en ciertas zonas perjudicadas, que en el periodo indicado se activó en doscientas dieciocho ocasiones.
Con esta información, las industrias del polígono recogen información de las actividades llevadas a cabo a lo largo del periodo de molestias que pudiesen producen emisiones de compuestos susceptibles de molestar a la población. Por su lado, el Servicio de Protección de la Atmósfera efectúa un seguimiento de los contaminantes registrados en la unidad móvil (en la actualidad en la fija), como la dirección y velocidad del viento a lo largo de ese periodo.
El estudio advierte las molestias por olores en dos emplazamientos distintos: la zona del camino Om Blanc de Almassora (ciento noventa y cuatro avisos en cuatrocientos cuarenta y ocho días) y entre la calle Alcossebre y el camino de la Catalana del Grao de Castelló (veinticuatro llamadas en el mismo periodo). La unidad centra las mediciones en las concentraciones de benzeno y sulfuro de hidrógeno, puesto que el resto de los contaminantes (tolueno y xileno) no disponen de una normativa de referencia que regule los objetivos de calidad del aire para ellos. Por ello, el informe considera su concentración y comportamiento asemejándolos al benceno por su naturaleza química.
El benceno no supera el valor límite de cinco microgramos por metro cúbico, con valores inferiores a 1 de forma frecuente prácticamente en todo el periodo estudiado a pesar de que la población más próxima percibió capítulos de concentración elevada. Los datos cambian desde mediados de julio de dos mil veintiuno,
Siendo muy inferiores a la media del periodo y no registrándose valores elevados.
Por su parte, el sulfuro de hidrógeno, que se acrecienta desde el principio del seguimiento, estuvo alejadísimo del objetivo promedio diario de cuarenta microgramos por metro cúbico, si bien en 4 de los doscientos dieciocho días analizados superó la concentración tolerada.