El PP gana y Sánchez sigue muy vivo

Quiero felicitar al PP por su victoria en las Elecciones Europeas celebradas ayer, en las que superó por cuatro puntos y dos escaños al Partido Socialista, triunfo que por el momento aleja el riesgo de que alguien intente mover la silla a Alberto Núñez Feijóo. Eso sí, estamos ante un logro que no cambia absolutamente nada porque Pedro Sánchez seguirá siendo presidente del Gobierno y Núñez Feijóo jefe de la oposición.

Como ya nos advirtió Julio Iglesias, “la vida sigue igual”. Lo corroboran los resultados y la escenografía de anoche en Génova 13, donde no hubo ni balcón, ni escenario, ni disc jokey, ni euforia. Si la cara es el espejo del alma, a pesar de los esfuerzos realizados por Cuca Gamarra e Isabel Díaz Ayuso por irradiar felicidad, Feijóo fue pura contención. Su expresión facial daba a entender que la victoria se ha quedado corta y sabe a muy poco.

Una vez más no se han cumplido las expectativas y Pedro Sánchez sigue muy vivo a pesar de los esfuerzos realizados por los ilustres integrantes de la Brunete Mediática, la Borroka Judicial y los activadores de la máquina del fango. Es algo evidente que conoce el propio Partido Popular.

No conviene extrapolar datos entre distintas elecciones, pero sí recordar que en las Europeas apenas vota la mitad del censo y que la abstención afecta fundamentalmente al electorado de izquierdas.

En el PP saben que cada tipo de convocatoria tiene su afán y que no es prudente extrapolar datos entre elecciones, máxime cuando la participación ni siquiera alcanza el 50%. Si a ello sumamos que en España históricamente los comicios europeos no suelen tener mucho predicamento y que la abstención afecta en mayor medida a la izquierda, lo prudente es disfrutar el momento, analizar los resultados y no lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo.

En una convocatoria con circunscripción única se ponen de manifiesto algunas cosas, como la fortaleza del Partido Socialista en Cataluña, comunidad que aporta 48 diputados al Congreso. Si tenemos en cuenta la existencia de cuatro circunscripciones provinciales, que la Ley d’Hondt favorece a las listas más votadas y que los socialistas obtuvieron ayer el 30,63% de los votos, frente al 18,02% de Junts, el 14,81% de ERC y el 13,7% del PP, parece evidente que los populares tienen serios motivos para la preocupación.

Inquietud que se acrecienta al mirar a Euskadi, donde no se vota igual en clave autonómica y estatal. Si bien es cierto que la del PNV fue la lista más votada en las recientes elecciones autonómicas, también lo es que ayer el triunfo fue para EH Bildu y la segunda posición para los socialistas vascos, que además ganaron con claridad en la provincia de Bizkaia y en sus feudos más poblados. El PSE-PSOE obtuvo en Bilbao el 27,78% de los votos, frente al  23,15% del PNV o el 15,62% del PP; en Barakaldo los socialistas alcanzaron el 38,18% de los sufragios y el PNV el 17,67%, y en Portugalete el PSE-PSOE obtuvo el 40,03%, el PNV el 18,58% y el PP el 11,11%. El pasado 23 de Julio, en las Elecciones Generales de 2023, el PSE-PSOE fue el partido más votado en Euskadi.

Disponer de los votos del 30% del censo electoral supone un excelente punto de partida una vez amortizado el desgaste de la Ley de Amnistía.

Luego está el resto de España, donde en parte han fracasado los partidos de la derecha y la derechísima. Tras largos años de insidias, calumnias e insultos, ayer los socialistas volvieron a superar la barrera del 30% de los sufragios, un excelente punto de partida una vez amortizado el tsunami de la Ley de Amnistía.

Queda mucho por reflexionar en el Partido Popular y también entre los socialistas de Castilla-La Mancha, porque las constantes bravuconadas de Emiliano García Page empiezan a tener consecuencias en esa tierra donde ayer los populares consiguieron un 10% más de votos que el Partido Socialista.