Martí, como marca la tradición, ha cumplido con la costumbre de colocar el pañuelo a su esposa.
El presidente de la Diputación, José Martí, ha participado en la tradicional romería de Sant Vicent junto con el alcalde de l’Alcora, Samuel Falomir, donde ha cumplido con la costumbre de colocar el pañuelo a su esposa, María Amparo García Lengua. En los últimos años, se ha recuperado la tradición de La Mocadorà, en la que el novio regala a su amada un gran pañuelo anudado por las cuatro esquinas y repleto de peladillas, turrones y mazapanes. Esta costumbre, que se había perdido con el tiempo, ha vuelto a cobrar fuerza y se ha convertido en uno de los momentos más esperados de la festividad.
Durante la celebración, Martí ha felicitado a los habitantes de l’Alcora por haber participado masivamente en esta celebración tan importante para la localidad. Además, ha expresado su alegría por poder volver a disfrutar en plenitud de las fiestas y tradiciones ahora que la pandemia ha sido superada.
La comitiva oficial, encabezada por la dolçaina y el tabal, y formada por gigantes y cabezudos, clero, autoridades, banda de música y todos los romeros, parte desde la iglesia a primera hora de la mañana. A su llegada a la ermita de San Vicente, se celebra una misa, seguida de un almuerzo campestre en el que no pueden faltar productos típicos de esta jornada, como la tortilla de habas o de ajos tiernos y la panà de Sant Vicent, una torta cubierta con huevo duro, carne magra, piñones y longaniza.
La romería de San Vicente, que tiene lugar en la ermita de San Vicente y sus alrededores, se celebra el segundo lunes de Pascua, es decir, ocho días después del Domingo de Pascua. Esta festividad tiene una gran arraigo en l’Alcora y supone el cierre del ciclo de fiestas de principios de la primavera, que incluye la Semana Santa, la Pascua y San Vicente.
Tras el almuerzo, la banda de música ameniza la mañana con una selección de pasodobles, y a las 13:00 horas la romería regresa a l’Alcora. La romería de San Vicente es una festividad muy arraigada en l’Alcora, que combina la religiosidad con la tradición y la gastronomía, y que representa el espíritu festivo y acogedor de la localidad. Una celebración que se ha convertido en una de las más emblemáticas de la Comunidad Valenciana y que atrae cada año a miles de visitantes y romeros de todas partes.