El Satélite soviético Kosmos 482 impacta con la Tierra tras décadas en el espacio

El Satélite soviético Kosmos 482 impacta con la Tierra tras décadas en el espacio

Las predicciones iniciales apuntaban a una reentrada entre el 9 y el 10 de mayo, con un margen de error de varias horas.

 

Un antiguo satélite soviético, Kosmos 482, ha concluido su periplo de más de medio siglo en órbita al impactar en el océano Índico, al oeste de Yakarta (Indonesia), este sábado 10 de mayo de 2025. Lanzado en 1972 con la ambiciosa misión de explorar Venus, el satélite quedó atrapado en la órbita terrestre tras un fallo en su cohete propulsor. Pese a los esfuerzos de las agencias espaciales por predecir su reentrada, el impacto fue imprevisto y se produjo en medio del océano, según ha confirmado Roscosmos, la Agencia Espacial Rusa.

Una misión fallida que dejó un legado en órbita

Kosmos 482 fue lanzado el 31 de marzo de 1972 desde el cosmódromo de Baikonur, en lo que entonces era la Unión Soviética, como parte del programa Venera, que buscaba estudiar el inhóspito entorno de Venus. Sin embargo, un fallo en el temporizador del cohete Molniya provocó que la sonda no alcanzara la velocidad necesaria para escapar de la órbita terrestre. La nave se fragmentó en varias partes, de las cuales el módulo de aterrizaje, una esfera de aproximadamente un metro de diámetro y 495 kilogramos, permaneció en una órbita elíptica alta, convirtiéndose en un vestigio de la carrera espacial de la Guerra Fría.

Diseñado para soportar las extremas condiciones de Venus —con presiones 90 veces superiores a las de la Tierra y temperaturas de hasta 470 °C—, el módulo de aterrizaje de Kosmos 482 estaba equipado con una carcasa de titanio capaz de resistir aceleraciones de hasta 300 g y presiones de 100 atmósferas. Esta robustez generó preocupación entre los expertos, ya que se temía que el satélite pudiera llegar a la superficie terrestre prácticamente intacto, representando un riesgo potencial.

Fotografía:X/@SpaceNosey

Un descenso impredecible seguido por las agencias espaciales

Durante las últimas semanas, agencias espaciales como la Agencia Espacial Europea (ESA), la NASA y Roscosmos, junto con expertos independientes, han monitorizado la trayectoria de Kosmos 482, cuyo órbita se había deteriorado hasta alcanzar altitudes críticas. Según el astrónomo Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, el satélite estaba en una órbita elíptica que variaba entre 124 y 6.000 kilómetros de altitud, perdiendo altura gradualmente debido al rozamiento con las capas superiores de la atmósfera.

Las predicciones iniciales apuntaban a una reentrada entre el 9 y el 10 de mayo, con un margen de error de varias horas. La ESA estimó que el impacto ocurriría alrededor de las 09:16 BST (10:16 CEST) del 10 de mayo, aunque la incertidumbre sobre el lugar exacto persistió debido a la variabilidad de la densidad atmosférica, influenciada por la actividad solar. La órbita de 52 grados de inclinación del satélite implicaba que podía caer en cualquier punto entre los 52 grados norte y sur de latitud, abarcando gran parte de la superficie terrestre, incluidas zonas pobladas como Europa, América, África y Australia.

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Horas antes del impacto, el satélite fue avistado sobre el océano Pacífico a unos 170 kilómetros de altura, lo que permitió a los expertos acotar las estimaciones. Finalmente, Roscosmos confirmó que el módulo de aterrizaje impactó en el océano Índico, al oeste de Yakarta, una zona remota que minimizó cualquier riesgo para la población.

Un «tesoro arqueológico» que no será recuperado

A pesar de las especulaciones sobre la posibilidad de que el módulo sobreviviera intacto gracias a su resistente carcasa de titanio, no hay indicios de que se haya recuperado tras su caída en el océano. Marco Langbroek, experto en seguimiento de satélites de la Universidad Técnica de Delft, describió a Kosmos 482 como una “cápsula del tiempo” con tecnología soviética de hace 53 años, sugiriendo que, de ser recuperada, sería un valioso objeto de “arqueología espacial”. Sin embargo, dado que el impacto ocurrió en aguas profundas, es probable que el módulo permanezca en el fondo marino.

Bajo el Tratado del Espacio Exterior de 1967, Rusia, como sucesora de la Unión Soviética, es la propietaria legal del satélite y responsable de cualquier daño que pudiera haber causado. Aunque el riesgo de lesiones fue bajo —estimado en 0,4 por cada 10.000 según The Aerospace Corporation—, el evento subraya los desafíos de gestionar los desechos espaciales, un problema creciente en la era moderna con más de 1,2 millones de fragmentos en órbita.

Lecciones de un pasado en órbita

El caso de Kosmos 482 no es aislado. Otros fragmentos de misiones fallidas, como las esferas de titanio de la misma sonda que cayeron en Nueva Zelanda en 1972, han regresado a la Tierra en el pasado. Sin embargo, el aumento exponencial de satélites en órbita baja, como los de las constelaciones Starlink, ha intensificado la preocupación por las reentradas no controladas. La ESA destaca que los objetos grandes, como Kosmos 482, reingresan a la atmósfera varias veces al día, y aboga por diseñar naves que puedan realizar reentradas controladas al final de su vida útil.

Mientras tanto, el impacto de Kosmos 482 cierra un capítulo de la historia espacial soviética. Aunque no alcanzó Venus, su regreso a la Tierra recuerda los riesgos y maravillas de la exploración espacial, así como la necesidad de gestionar responsablemente el creciente legado de objetos en órbita.

Fotografía portada: Archivo.