Con la venia: Se me acaba de aparecer una ocasión de enamorarme hasta las cachas. Como un rinoceronte joven. Como un bobo perfecto. Os cuento el primer acto.
Esta tarde, en mi mesa del 500’s, estoy masajeando la vida con ginebra y angostura, cuando el 1 vertical del crucigrama me pregunta un sinónimo de «Admites», dándome seis casillas para contestar.
Sé la respuesta. Seguro estoy de que puedo resolver sin fallo. La mano ya me hace cosquillas, y se impacienta la pluma entre mis dedos.
Así que dejo en la mesa la Kaweco, trinco la copa y le doy con calma un sorbo. Más que nada por el aquello de hacerle un quiebro a la Prisita Tonta, no sea cosa que se amontone, y mis minutos tengan menos de ciento veinte segundos. Hasta ahí podíamos llegar…
Mientras medito si repetir el trago, una pareja joven se acerca. Ambos saludan, y ella me pregunta si soy yo. Les aseguro que soy quien digo ser. El mozo me cuenta que quieren negociar conmigo. Les invito a sentarse y a tomar lo que les apetezca. Aceptan de buen grado acompañarme en mi elección.
Hago los gestos de costumbre hacia la barra, y en menos que se persigna un cura loco, Gratta -camarera capaz, lista y salada- ya nos tiene la ronda servida y bebemos en armonía.
Entra en materia la pareja; el caso es que tienen las alianzas compradas y, en tres meses las pondrán a brillar en sus manitas día y noche.
También poseen ya el nido -que de pelosa familia les viene- y están buscando tesoros personales para vestirlo, disfrutarlo y lucirlo. Por tanto, ojean revistas, visitan tiendas, pasean por las Redes…y de todo ello recojen ideas, tendencias, pareceres, contrastes. Vamos, que tienen un lío decorativo do mesmo carallo.
Peééro…ya están seguro de algo, porque hace pocos días unos amigos recién casaditos, les enseñaron el piso, a ellos y a dos parejas más. Al final del recorrido, cuando se les abrió la puerta del dormitorio, las seis voces celebraron con entusiasmo lo que veían, y los dueños de la casa reventaban de contento. La pareja que me buscó ha decidido que quieren sentirse igual.
En resumen; desean tener en la pared su alcoba como único cabezal de cama, una pintura de gran formato con tema amoroso. Desas que van firmadas al dorso con mi nombre.
Me tomo un momento para leer el dibujo que componen estos dos. Veo que tienen entre ellos una cercanía magnífica, con un vibrato carnal firme y elegante, y unas caras de tonto esplendorosas. Recuerdo haber vivido así.
Hay que ponerles el Peééro de que se perfuman con almíbar denso, para que no te den mucha, pero que mucha, envidia.
Recojo y pruebo la Kaweco que traza sin problemas, así que arrimo el cruci y relleno el 1 vertical. La respuesta correcta es: a, c, e, p, t, o. Giro la página para que la lean. Ella hace notar que me he comprometido por escrito, y entre risas encargo otra ronda.
Pienso será oportuno en este primer acto, escuchar el violín de María Dueñas. Por ejemplo en el concierto en Re mayor, Opus 77 de Brahms.
Manolodíaz.