España ya cuenta con un marco normativo exigente para el consumo racional de energía, se trata del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), aprobado en dos mil siete.
Las estaciones de trenes y de buses, como los aeropuertos, empezarán este miércoles a amoldar sus termostatos y controles de iluminación a las nuevas demandas aprobadas por el Gobierno, para reducir el consumo de energía y cumplir con los compromisos europeos derivados del enfrentamiento en Ucrania.
Concretamente, limitarán la temperatura de sus edificios a un mínimo de veintisiete grados a lo largo del verano y a un máximo de diecinueve grados en invierno, al tiempo que van a apagar el iluminado de los escaparates desde las veintidós horas en los locales desocupados, conforme marca el decreto aprobado por el Gobierno.
Sin embargo, el interior de los trenes y de los buses va a quedar exento del cumplimiento del requisito de temperatura, de la misma manera que los centros sanitarios y hospitalarios, de formación (institutos, universidades o guarderías), peluquerías, lavanderías o gimnasios.
De esta manera, Adif, que administra las estaciones de ferrocarril, empezará a aplicar este miércoles las medidas del real decreto en las estaciones ferroviarias, tanto las relativas a la climatización como a la iluminación, conforme han confirmado fuentes de la compañía pública.
La administración de las estaciones de autobús, por su lado, corre a cargo por lo general de los consistorios, aunque ciertas infraestructuras, como por servirnos de un ejemplo la estación de Méndez Álvaro de la capital de España, tienen concesionarios privados, que en un caso así es Grupo Avanza. Así, van a ser los municipios o estas empresas privadas quienes deban aplicar las medidas de eficacia energética.
De su lado, Aena, la compañía estatal que administra los aeropuertos y las operaciones aeroportuarias, va a ser la entidad encargada de hacer cumplir el real decreto en este género de infraestructuras. Asimismo en el campo turístico, los hoteleros han confirmado que proseguirán cumpliendo la normativa,
Dando las máximas evidencias de confort en los clientes del servicio a fin de que prosigan confiando en la experiencia vacacional en España.
En todo caso, España ya cuenta con un marco normativo exigente para el consumo racional de energía. Por servirnos de un ejemplo, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), aprobado en dos mil siete, ya prevé obligaciones para una conveniente administración y un consumo eficaz de energía en los sistemas de climatización o producción de agua caliente sanitaria.
En particular, para edificios y locales de uso administrativo, incluyendo las administraciones públicas, establecimientos como grandes almacenes o centros comerciales, espacios culturales como cines o centros de congresos, o infraestructuras destinadas al transporte de personas como estaciones y aeropuertos, prevé que no pueda emplearse energía usual para calentar sobre los veintiún grados ni refrigerar bajo los veintiséis grados.
También, establece que estos edificios deben contar con de dispositivos que midan las condiciones de temperatura, y la obligación a contar con sistemas de cierre de puertas que eviten el despilfarro energético que supondría que estas se sostuvieran abiertas. Finalmente, establece unos regímenes de inspección de las instalaciones de climatización y agua caliente sanitaria, que incluyen, para instalaciones de más de setenta kilovatios (kW), inspecciones concretas de eficacia energética una vez cada 4 años.