Encuentran los restos de Émile, el niño desaparecido en verano

Encuentran los restos de Émile, el niño desaparecido en verano

El menor desapareció mientras se encontraba jugando en el jardín de la casa de sus abuelos, disfrutando de su primer día de vacaciones.

 

Los restos óseos del pequeño Émile Soleil, un niño de dos años y medio cuya desaparición conmocionó a Francia en el pasado mes de julio, han sido encontrados, según informó la Fiscalía. El descubrimiento tuvo lugar este sábado en las proximidades de la aldea donde había desaparecido, conocida como Haut-Vernet y ubicada en el departamento de Alpes-de-Haute-Provence, al sureste de Francia.

Los restos fueron localizados después de que una excursionista avistara un cráneo mientras realizaba una ruta a pie por la zona, según indicó un comunicado de prensa publicado por el fiscal de Aix-en-Provence.

El 30 de marzo de 2024, la gendarmería nacional fue informada del descubrimiento de unos huesos cerca de Le Vernet.

Relata la nota. La familia fue notificada a las 09:30 horas del domingo, mientras participaban en una misa de Semana Santa.

Un análisis de ADN ha confirmado «que eran los huesos del niño Émile Soleil».

El Instituto de Investigaciones Penales de la Gendarmería Nacional (IRCGN) continúa con los análisis criminalísticos de los restos.

Han informado. En los próximos días, la Gendarmería francesa se encargará de realizar pesquisas complementarias en el lugar del hallazgo, así como del análisis de los huesos del niño. El objetivo es esclarecer las circunstancias de la muerte.

La zona del hallazgo ha quedado precintada para realizar excavaciones adicionales. Está previsto que este domingo se pongan en marcha nuevas excavaciones en la zona para localizar el resto de los huesos del menor.

Émile desapareció el pasado mes de julio. Las autoridades desplegaron sin éxito por aquel entonces un centenar de policías y bomberos con perros rastreadores. También unos 200 voluntarios de la población local para intentar localizar al pequeño.

El menor desapareció el 8 de julio. Se encontraba jugando en el jardín de la casa de sus abuelos mientras disfrutaba de su primer día de vacaciones cuando se le perdió la pista. En aquel momento, los investigadores solo contaban con el testimonio de dos vecinos que aseguraron haberlo visto saliendo de la vivienda y caminando solo por una calle.

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Desde entonces, ninguna hipótesis fue descartada, aunque las autoridades apuntaron que sería muy difícil encontrarlo con vida en el caso de que se tratara de una desaparición por su cuenta después de los primeros días.

Émile tenía dos años cuando desapareció en el mes de julio, mientras jugaba en casa de sus abuelos en Le Vernet, una pedanía de poco más de un centenar de habitantes en la Alta Provenza. Se hicieron batidas, se interrogó a todo el vecindario. No se logró dar con su paradero. Ocho meses después se han hallado restos óseos que pertenecen al menor cerca de la zona.

El fiscal de Aix en Provence ha confirmado en un comunicado este domingo que «el análisis de identificación genética» de estos restos «ha permitido concluir que se trata de un niño de dos años y medio», la edad del pequeño.

La zona donde se han encontrado los restos, a un kilómetro de Le Vernet, había sido peinada cuando Émile desapareció.

Al niño se le perdió la pista el 8 de julio mientras jugaba en casa de sus abuelos maternos, donde pasaba las vacaciones. Dos testigos lo vieron bajando la calle, pero no lo consideraron extraño ni hubo ningún detalle que les alertara.

Se abrió una investigación por desaparición inquietante. Se hicieron batidas. Los interrogatorios no arrojaron pistas, se analizaron las líneas de telefonía, también sin resultados. Desde el principio, los investigadores no descartaron ninguna vía de investigación: ni el accidente ni la pista criminal.

El análisis de los restos encontrados permitirá arrojar pistas sobre ello. El jueves, los investigadores convocaron en la pedanía a más de una decena de personas para tratar de reconstituir los hechos: el momento en el que el niño desapareció.

Es un lugar por el que pasan a diario cazadores, sus perros y vecinos y donde en otoño se realizaban trabajos forestales.

Ha dicho el alcalde de Le Vernet, François Valique, que ha asegurado que «si el cuerpo hubiera estado allí desde el principio, necesariamente se habría descubierto antes». Concluye.