La festividad de la Virgen del Carmen es una tradición arraigada en Vila-real, y esta celebración anual es un momento de profunda devoción y unión para la comunidad carmelita y los habitantes de la ciudad.
Este domingo, Vila-real (Castellón) celebró la festividad de la Virgen del Carmen con los actos religiosos organizados por la Venerable Tercera Orden del Carmen y la comunidad carmelita de Vila-real, quienes han sido galardonados con la Medalla de Oro de la ciudad y cuentan con casi cinco siglos de presencia en la localidad.
En esta ocasión, miembros de la corporación municipal encabezados por el alcalde, José Benlloch, se unieron al hermano mayor de la VOT del Carmen, Eliseo Alcázar, para participar en la tradicional procesión con la imagen de la Virgen del Carmen. Posteriormente, se celebró una eucaristía en el patio del colegio Verge del Carme, donde estuvieron presentes los hermanos y hermanas de la Tercera Orden del Carmen, así como representantes de otras entidades religiosas.
También asistieron a la celebración el presidente de la Junta de Fiestas, Toni Carmona, y parte de la corte de honor. La procesión, con la imagen de la Virgen del Carmen llevada en andas por los fieles, recorrió las calles de Vila-real, llenando el ambiente de fervor y solemnidad. Como es habitual en esta festividad, se entonó el canto a la Virgen por parte de la niña María de la Cruz García.
La festividad de la Virgen del Carmen es una tradición arraigada en Vila-real, y esta celebración anual es un momento de profunda devoción y unión para la comunidad carmelita y los habitantes de la ciudad. La presencia de las autoridades municipales y la participación de diversas entidades religiosas demuestran el aprecio y el respeto hacia esta festividad tan importante.
La Medalla de Oro de la ciudad, otorgada a la Venerable Tercera Orden del Carmen y a la comunidad carmelita, reconoce su valiosa contribución a la historia y la vida religiosa de Vila-real a lo largo de los siglos. Su dedicación y compromiso en la difusión de la fe carmelita han dejado una huella profunda en la comunidad, y esta festividad es un momento para honrar su legado y renovar la devoción a la Virgen del Carmen.
La posterior eucaristía en el patio del colegio Verge del Carme fue un momento de encuentro y comunión para todos los presentes. En este espacio se celebró la liturgia con reverencia y gratitud.
La presencia de la Junta de Fiestas y la corte de honor refleja la importancia cultural y social de esta festividad en Vila-real. La participación de diferentes entidades y personalidades destacadas muestra el valor que se le otorga a la devoción mariana y cómo esta tradición trasciende las fronteras religiosas para unir a la comunidad en un espíritu de respeto y fraternidad.
