Montes: "Tenemos el recurso y la tecnología para poder transformar el ecosistema valenciano, y así liderar la transición energética".
La Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, a través de la dirección general de Energía y Minas, ha autorizado la construcción de 23 plantas solares fotovoltaicas, que añadirán un total de 738 megavatios (MW) al sistema eléctrico valenciano.
La consellera de Innovación, Nuria Montes, explicó que estos proyectos tenían permisos de acceso y conexión que expiraban el 25 de julio y que, en muchos casos, llevaban años atascados en la tramitación administrativa. “Por eso, hemos tenido que hacer un esfuerzo tremendo, proyecto por proyecto, para sacarlos adelante”, señaló Montes.
La consellera de Industria destacó el “enorme esfuerzo” realizado por el personal de la dirección general de Energía y los servicios territoriales para tramitar a tiempo las autorizaciones de construcción, cuyo plazo máximo, establecido por la legislación estatal (RDL 23/2020), vencía el 25 de julio de 2024.
Montes subrayó que, en apenas un año del Consell de Carlos Mazón, se han autorizado más de 984 MW de potencia eléctrica, en contraste con los 105 MW que el gobierno del Botànic puso en marcha en los últimos ocho años. Actualmente, en la Comunitat Valenciana hay un total de 469 MW instalados, según datos de REE, a los que se sumarán los recientemente aprobados.
Para Nuria Montes,
La Comunitat Valenciana no se entiende sin la energía solar, y estamos poniendo todos los esfuerzos en agilizar procesos que nos permitan aprovechar al máximo esta oportunidad.
Según Montes, el Decreto Ley 14/2020, que establecía medidas para acelerar la implementación de instalaciones de energías renovables aprobado por el anterior Gobierno, ha sido «claramente insuficiente» y ha generado «retrasos y barreras injustificadas». Esto ha colocado a la Comunitat Valenciana en una posición rezagada en cuanto a energías renovables y ha puesto en riesgo a las empresas promotoras del sector, que han invertido grandes sumas y recursos.
«La Comunitat Valenciana tiene los recursos y la tecnología para liderar la transición energética», subrayó la consellera. Además, se refirió al recién aprobado Decreto Ley de Simplificación como el marco jurídico «necesario y adecuado para lograr una transición energética justa y fiable, garantizando la protección del territorio y del medio ambiente en colaboración con los Ayuntamientos».
Electricidad renovable para más de 550.000 hogares
Las instalaciones autorizadas en el último año tendrán una capacidad de generación eléctrica cercana a 1.970 gigavatios hora (GWh). Esto permitirá abastecer el consumo eléctrico de aproximadamente 554.000 hogares, según el informe del IDAE sobre Consumos del Sector Residencial de España, utilizando una fuente completamente limpia y renovable como es la energía solar, que es abundante en nuestro territorio.
Además, al emplear una fuente de energía respetuosa con el medio ambiente, se evitarán las emisiones de 828.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que equivale a plantar 9,8 millones de árboles.
La consellera ha destacado cómo la energía fotovoltaica contribuye a la “economía local, la reindustrialización, la descarbonización y la transición energética”. También ha subrayado las “excelentes” condiciones climáticas de la Comunitat Valenciana, que, gracias a su alta radiación solar, favorecen la viabilidad de los proyectos fotovoltaicos, mejorando la eficiencia en la producción de energía y asegurando una rigurosa autorización por parte de las administraciones públicas.
Asimismo, ha recordado que la Comunitat cuenta con un sólido tejido empresarial en el sector de las energías renovables, que incluye fabricantes e ingenierías, y que ha demostrado su capacidad para generar riqueza y empleo de calidad.
En su opinión, las energías renovables fomentan la independencia energética de la Comunitat, proporcionando seguridad en el suministro eléctrico y precios bajos, lo que a su vez mejora la competitividad del tejido empresarial valenciano, que ha enfrentado dificultades debido a la crisis de precios energéticos provocada por la guerra en Ucrania.