Era el momento de apostar por la Democracia

Era el momento de apostar por la Democracia

El camino a la AUTOCRACIA iniciado por el “SANCHISMO”, podía haber sido cercenado radicalmente  por un partido, que se autodenomina DEMÓCRATA y que ha trabajado desde la TRANSICIÓN por la misma.

 

¡Me equivoqué! El Partido Socialista, que ha sido un partido que ha trabajado por la Democracia desde el principio de la Transición y que debería estar dispuesto a romper con el camino hacia la Autocracia iniciado por Pedro Sánchez bajo el paraguas de las siglas PSOE, no lo ha querido hacer.

Hace dos fines de semana en Sevilla,  los socialistas celebraron su 41 Congreso Federal. Hemos necesitado una semana para asimilar y asumir que ni es un partido democrático, ni su máximo órgano, el Congreso Federal, ha intentado defender la Democracia.

Era el momento preciso para cercenar radicalmente el camino iniciado por el actual Presidente del Gobierno y a su vez Secretario General de la formación socialista, hacia la pérdida de los principios básicos de la democracia, no solo internamente, sino para la de todos los españoles.

La falta de debate y discrepancias en un partido que debería pretender defender la democracia española y la universal por principios y convicción, es el equivalente más cercano a la falta de democracia interna.

Sí, es cierto que los compromisarios debidamente seleccionados, aplaudieron a rabiar “las ocurrencias y falacias” del “….amo”, pero también es cierto que en este momento el aprendiz de autócrata, no puede pisar la calle porque es increpado y abucheado por el pueblo.

El insulto a la verdad, la exaltación del delito, la afrenta al estado de derecho, la amenaza a los jueces, se materializó con la “rehabilitación honorifica” de los ex presidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán allí presentes, condenados, aunque una revisión del Tribunal Constitucional (debidamente controlado por Sánchez), haya reducido sus penas, que no anulado sus delitos. Los allí presentes pudieron escuchar de boca de Juan Espadas, presidente del Congreso Federal, como daba las gracias de una forma especial, haciendo un reconocimiento “por justicia” a Chaves, Griñán y Magdalena Álvarez. Un aplauso cerrado con todo el pabellón en pie lo ratifico.

¿Estaban mandando un “recadito” al Poder Judicial?

Mientras tanto, el PARO REAL en nuestro país supera los tres millones y con una de las peores cifras de la historia, el RANGO DE POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL supera los nueve millones de españoles. Pero eso en el “universo Sánchez” que “funciona como un tiro”, pretenden hacernos creer que es un nuevo bulo de la oposición y los medios de comunicación.

Pese a la fidelidad hacia su partido, grandes ausencias como las de Cándido Méndez, Felipe González, del finiquitado Juan Lobato o la salida antes de hora de García Page, confirmaron las discrepancias del aclamado por todos, menos por ellos, Pedro Sánchez.

Pero hemos de ser prudentes, porque esa actitud nos recuerda la Técnica de la Avestruz. No ir o irse antes sin discrepar, puede parecer un desplante, desprecio o muestra de disconformidad, pero también se puede interpretar como aceptar sin discrepancia la exaltación del líder.

La total ausencia de autocrítica y  de reflexión sobre los problemas reales de la sociedad que pretenden gobernar, fueron la tónica general de un Congreso, que se transformó en la confirmación de un gobernante a la más clara imagen de los congresos de los autócratas de la historia.

Solo restaba la constatación, sin ningún rubor, de la “imposición dictatorial”, al dejar bien claro en discursos y conclusiones formales, que el siguiente paso es “hacer la Constitución a su medida”. Una Constitución que se debe basar en la independencia de los tres poderes, en la libertad y en el respeto a las opiniones y derechos de todos, quieren transformarla en un “manifiesto” de defensa de los intereses exclusivos del actual Partido Socialista Obrero Español y su líder Pedro Sánchez.

Resumiendo, aunque no nos guste,  el Partido Socialista ha perdido una gran ocasión para ofrecer una imagen de defensa de la Democracia, de autocrítica constructiva y de atención de los problemas reales de los españoles.

Miguel Ángel Mulet i Taló