El cielo de Morella, famoso por su poca contaminación lumínica y la altura de sus montañas, es perfecto para estos fenómenos.
Espectáculo celeste en Morella (Castellón). El cielo de la ciudad se iluminó con un fenómeno histórico durante varias horas desde el viernes hasta el sábado por la noche. La llegada de este fenómeno, típico de los países más cercanos a los polos de la Tierra, ha sido causada por un «trueno solar», que promete repetir su espectáculo desde el sábado hasta el domingo.
Anoche, los habitantes y visitantes de Morella fueron testigos de un cielo rosa que duró varias horas, con columnas de luz que se alzaban en momentos de mayor intensidad, mostrando una variedad de colores y tonalidades.
El cielo nocturno de Morella, conocido por su escasa contaminación lumínica y la altura de sus montañas, ofrece un escenario ideal para este tipo de fenómenos atmosféricos.
Esta aparición extraordinaria ha permitido a los entusiastas de la fotografía capturar imágenes históricas y de alta calidad que seguramente serán recordadas por mucho tiempo.
Fotografías: Ayuntamiento de Morella Facebook.
Auroras boreales visibles en varios puntos de España además de en la Comunitat Valenciana
España ha sufrido en la noche de este viernes unas tormentas geomagnéticas severas que han permitido que en varios puntos del país, como Catalunya, Madrid, Comunitat Valenciana, Balears o Andalucía, se observen auroras boreales, un hecho «muy poco habitual» en la Península, según ha reconocido la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en X.
Estas auroras boreales se han producido a latitudes muy bajas del hemisferio norte. En el caso de España, la Aemet justifica la presencia de este fenómeno porque la actividad solar es «muy intensa».
Las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética.
Detallan.
Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente y esto permite que se vean auroras desde latitudes más bajas.
Según eltiempo.es, desde 2003 no se experimentaba una tormenta solar geomagnética de esta magnitud «tan extrema». Por ejemplo, desde la Comunidad de Madrid, el cielo rosado se ha podido ver desde la sierra, ya que la contaminación lumínica es menos intensa. Además, desde Segovia y Salamanca, en Castilla y León, también pudieron observarse auroras boreales muy explícitas.
En el caso de Balears, las auroras han adquirido un tono rojizo y en Andalucía se han observado mejor en Almería o Cádiz. El Observatorio Astronómico de Calar Alto, en Almería, ha informado del fenómeno.
De nuevo nos honra con su presencia una aurora boreal en Calar Alto.
Ha publicado en X.
Asimismo, el fenómeno electromagnético, propio de las regiones polares, ha sido captado en la Comunitat Valenciana a primera hora de la noche del viernes también por webcams de los municipios de Xert, Forcall y Benicàssim, en Castellón; Camporrobles, en Valencia; y Altea y Villena, en Alicante.
Según la Asociación Valenciana de Meteorología (Avamet), la luz rojiza en el cielo de la noche se apreciaba mirando en dirección noreste.
¿CÓMO SE PRODUCEN LAS AURORAS BOREALES?
La aurora boreal, explicada por la Aemet, es un fenómeno atmosférico eléctrico que se manifiesta como una luminosidad en las capas superiores de la atmósfera en formas como arcos, bandas o cortinas.
A diferencia de los fenómenos meteorológicos comunes, se origina a gran altura, generalmente entre 90 y 150 kilómetros sobre la superficie terrestre.
Según la Aemet,
Las auroras se generan por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra.
La intensidad del viento solar varía, siendo más fuerte durante los períodos de máxima actividad solar que ocurren en ciclos de 10 a 12 años.
Actualmente, nos encontramos cerca del máximo de actividad solar, lo que provoca que las auroras polares sean visibles debido a la presencia de partículas cargadas eléctricamente expulsadas desde el sol, las cuales interactúan con los gases presentes en las capas superiores de la atmósfera. Esto desencadena tormentas geomagnéticas, permitiendo la observación de auroras desde latitudes más bajas.