Entre las restricciones, se prohíbe el uso de agua para lavar vehículos fuera de establecimientos comerciales.
Ya se han iniciado las acciones para adaptar las instalaciones portuarias y buscar empresas que puedan transportar agua desde Tarragona y Marsella, con la posibilidad de que, en caso necesario, los barcos puedan atracar en Barcelona. Sin embargo, esta medida no será una solución milagrosa. A pesar de permitir la importación de «un volumen pequeño de agua, de 300 litros por segundo», resultará costosa. «El agua transportada por barco es realmente cara, cinco veces más», según ha señalado el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes.
Además, aún no se conoce quién asumirá este costo. Aunque se ha mencionado que la reunión con la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, fue positiva, este tema no ha sido abordado. «Tenemos que hablar», respondió Ribera en relación a quién pagará por el suministro de agua para los catalanes.
Dadas las circunstancias y considerando la falta de conciencia en gran parte de la población, la administración ha iniciado pruebas en el área metropolitana de Barcelona para disminuir la presión en los grifos. «En Barcelona hemos logrado reducirlo un 7% y no se ha percibido». Además, se anticipa que se impondrán sanciones «en los próximos dos o tres meses».
En caso de que no se cumpla, los municipios que ya experimentan restricciones comenzarán a aplicar multas. De hecho, el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA) ha confirmado que se está elaborando una ordenanza tipo para sancionar a aquellos que incumplan este consumo en los próximos meses. No obstante, ha aclarado que el 90% de las poblaciones del área metropolitana de Barcelona cumplen con los requisitos establecidos por la agencia.
Entrada en estado de preemergencia por sequía en un total de 202 municipios catalanes
El Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha difundido este martes la resolución que declara la entrada en estado de preemergencia por sequía en un total de 202 municipios catalanes, afectando a 5,9 millones de catalanes, y esta medida se implementará a partir de este miércoles.
La preemergencia, avalada por la Comisión Interdepartamental de la Sequía de la Generalitat y el Consell d’Administració de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), es una fase previa a la emergencia y conlleva la restricción del volumen máximo de agua a 210 litros por habitante y día, «incluyendo actividades económicas y comerciales».
Se prohíbe el riego de césped, excepto en superficies destinadas a la práctica federada de deportes, donde se permite sin superar la dotación máxima de 200 metros cúbicos por hectárea al mes. Además, se autorizan los riegos de supervivencia de árboles durante 20 a 8 horas, utilizando métodos de riego gota a gota o regadera.
La resolución también subraya que las entidades titulares y proveedoras del servicio de suministro domiciliario de agua «deben adoptar las medidas necesarias para aplicar las reducciones en las dotaciones establecidas«.
Catalunya lleva 36 meses en situación de sequía y, según datos de la ACA de este pasado lunes, la capacidad de los embalses de las cuencas internas catalanas se sitúa en el 18,02%, manteniéndose una semana más en el mínimo histórico de reservas.
ASÍ SON LAS LIMITACIONES DE AGUA EN CATALUNYA
Dentro de las restricciones de este nuevo estado se incluye la reducción del consumo de agua en los usos recreativos (15% en usos asimilables a urbanos y 50% en riego), así como una disminución del 30% en los usos ganaderos.
Se limita el llenado total o parcial de fuentes ornamentales o lagos artificiales, y se prohíbe el llenado de piscinas privadas de uso individual o unifamiliar, especialmente aquellas que carecen de sistema de recirculación.
Se permite el llenado parcial o el primer llenado en piscinas de uso público, así como en cantidades necesarias para garantizar la calidad sanitaria del agua, incluyendo piscinas municipales y aquellas en establecimientos turísticos, centros deportivos, centros lúdicos o instalaciones juveniles.
Queda prohibida la limpieza de calles, cloacas, pavimentos o fachadas con agua potable, y el uso de agua para la limpieza de vehículos se restringe a establecimientos comerciales dedicados a esta actividad que cuenten con sistemas de recirculación de agua.
Además, se prohíbe el uso de agua para lavar vehículos fuera de establecimientos comerciales, excepto en casos que involucren la seguridad y salud de personas y animales, como vehículos de transporte de alimentos, transporte de animales o ambulancias, y siempre con la menor cantidad de agua posible.