Estamos en peligro

Nula gestión municipal. Diez días después del incendio que asoló las antiguas instalaciones de Viveros Molina junto al Cementerio Municipal, no solamente apenas se han limpiado los terrenos, sino que además de nuevo el chabolismo y la chatarra se han adueñado de un enclave urbano que se convierte en un peligro innecesario para la ciudad de Castellón.

Es tal la indiferencia y la indolencia del consistorio que los chabolistas están construyendo sus viviendas hasta con ladrillos sin que nadie les ponga límite a unas obras que son un ejercicio de impunidad manifiesta y tomadura de pelo para el resto de ciudadanos, que pagan sus impuestos y a los que se les pone venga las dificultades para realizar obras ya no solamente mayores, sino también menores.

Frente a la sensación de que “aquí no pasa nada” que quiere imponer el equipo municipal de Gobierno del Partido Popular y anuncios de cantos de sirenas varadas, la realidad evidente nos habla de chabolismo, marginalidad, riesgo de exclusión social, pobreza y, lo más grave, incompetencia de las autoridades para afrontar problemas ciudadanos que pueden llegar a romper la convivencia.

Y, sino que se lo digan a los vecinos del cercano al camposanto Raval Universitari que están sufriendo la ocupación de viviendas por parte de ‘okupas’ indiscriminados, robos y malestar urbano.

‘Okupas’ que han logrado entrar en la antigua fábrica de almendras, lugar elegido para ‘raves’.

Otro ejemplo de incapacidad de los gobernantes municipales de garantizar la tranquilidad ciudadana. Especialmente, cuando el superconcejal de Seguridad, Antonio Ortolá, presume por ahí de que todo está bajo control.

No. No convirtamos a Castellón, que se está muriendo, en paradigma del chabolismo, de la chatarra y de la marginación social, y en paraíso de la ‘okupación’. Exijamos un doble esfuerzo de nuestros dirigentes políticos para solventar estas carencias.

Vicente Cornelles Castelló
Escritor y periodista