Este otoño de 2022 traerá un eclipse de sol y otro de luna. El cambio de hora se realizará el último domingo de octubre.
El otoño astronómico de dos mil veintidós en el hemisferio norte empieza este viernes veintitrés de septiembre a las tres y cuatro horas en la Península Ibérica que, conforme cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, va a durar alrededor de ochenta y nueve días y veintiuna horas, y acabará el veintiuno de diciembre con el inicio del invierno.
El comienzo del otoño en el hemisferio norte está definido por el momento en que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el que el centro del Sol cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente cara el sur.
El día en que esto sucede la duración del día y la noche prácticamente coinciden, una circunstancia llamada asimismo equinoccio de otoño. En el instante en que el otoño empieza en el hemisferio norte, en el hemisferio sur empieza la primavera.
El cielo tras la puesta de Sol al principio del otoño va a tener a Júpiter y Saturno como únicos planetas perceptibles. Desde diciembre van a hacer su aparición en el cielo Marte por el este y Venus y Mercurio por el oeste, por lo que la estación acabará con 5 planetas perceptibles al anochecer.
Las madrugadas del otoño, por su lado, empezarán la estación con Venus, Júpiter y Marte perceptibles, mas los dos primeros van a desaparecer pronto en el brillo del alba. Mercurio va a hacer una breve aparición a lo largo de octubre, y Marte va a dejar de verse a mediados de diciembre, dejando sin planetas el cielo del amanecer al final de la estación.
En lo que se refiere a las estrellas y constelaciones perceptibles al anochecer en otoño, resaltará el triángulo de verano, formado por Deneb en el Cisne, Vega en Lira y Altair en el Águila, que proseguirá siendo perceptible a lo largo de la primera una parte de la estación, si bien gradualmente a menor altura sobre el horizonte oeste. Conforme avancen los meses, brotará por el este las constelaciones de Pegaso, Andrómeda y Perseo, y al final de la estación aparecerán las constelaciones de Tauro y Orión, que alcanzarán su máximo esplendor a lo largo de las noches de invierno.
DOS ECLIPSES DURANTE EL OTOÑO DE 2022
A lo largo del otoño de dos mil veintidós van a tener sitio dos eclipses, uno de Sol y otro de Luna. El eclipse de Sol va a suceder el veinticinco de octubre y va a ser de tipo parcial, va a ser perceptible en Europa, nordeste de África y oeste de Asia. En España, va a ser perceptible en el nordeste peninsular y las islas Baleares, mas con magnitudes bajísimas (entrecierro a cero con uno y menores).
El eclipse de Luna va a suceder el ocho de noviembre, va a ser de tipo total, y va a ser perceptible en Asia, Australia y América, mas no se va a ver en España.
Otros fenómenos de interés astronómico a lo largo del otoño de dos mil veintidós van a ser las lluvias de meteoros de las dracónidas, cuyo máximo se espera sobre el ocho de octubre, las leónidas, con máximo serán perceptibles hacia el diecisiete de noviembre, y las gemínidas, con máxima percepción hacia el catorce de diciembre.
Las lunas llenas del otoño van a tener sitio el nueve de octubre, el ocho de noviembre y el ocho de diciembre.
CAMBIO DE HORA EL ÚLTIMO DOMINGO DE OCTUBRE
Si bien tanto el Parlamento Europeo como la Comisión se han pronunciado en favor de suprimir los cambios de hora en el futuro, aún no hay una resolución terminante a este respecto. Por este motivo, a lo largo de dos mil veintidós proseguirá en vigor el tradicional cambio de hora que tiene sitio el último domingo de octubre.
Ese día, el treinta de octubre, a las tres de la madrugada hora peninsular va a haber que retrasar los relojes una hora para regresar a marcar las dos. En Canarias, las dos de la madrugada van a pasar a ser la 1.
El comienzo del otoño puede darse, como máximo, en 4 datas diferentes del calendario (del veintiuno al veinticuatro de septiembre). A lo largo del siglo XXI el otoño se empezará en los días veintidós y veintitrés de septiembre (data oficial de España), siendo su comienzo más tempranero el del año 2096y el comienzo más tardío el de 2003.
Las alteraciones de un año a otro se deben al modo en que encaja la secuencia de años conforme el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol.
El comienzo del otoño es la temporada del año en que la longitud del día se acorta más de manera rápida. A las latitudes de la Península, el Sol sale por las mañanas más de un minuto después que el día precedente, y por la tarde se pone más de un minuto antes. Como consecuencia, al comienzo del otoño, el tiempo en que el Sol está sobre el horizonte reduce prácticamente 3 minutos día a día.