Si no es una locura es, sin duda una irresponsabilidad total. Nos pasamos el día mirando encuestas, hablando de resultados electorales y de planteamientos y pensamientos políticos ignorando la realidad, la grave realidad que nos rodea. Los medios de comunicación adictos al sistema nos hacen mirar para otro lado mientras: Nuestra economía se estanca La...
Si no es una locura es, sin duda una irresponsabilidad total.
Nos pasamos el día mirando encuestas, hablando de resultados electorales y de planteamientos y pensamientos políticos ignorando la realidad, la grave realidad que nos rodea.
Los medios de comunicación adictos al sistema nos hacen mirar para otro lado mientras:
- Nuestra economía se estanca
- La Ford prepara un ERE para cientos de trabajadores
- El Banco de Santander prescindirá de 3.000 empleados
- La Caixa anuncia otro ERE de grandes dimensiones
- Se destruyen puestos de trabajo a millares
- Nuestro Gobierno, en meses, ha hecho un agujero de 19.000 millones
- El combustible alcanza precios históricos
- La deuda pública se desborda
- La morosidad se dispara
Nos vacían los bolsillos con una presión fiscal que raya la usura y el atraco y distraen nuestra atención llenándonos de convocatorias electorales.
Todo esto parece dar igual, lo único importante es si ganará el PSOE, si el PP resistirá y si entre todos son capaces de frenar el imparable crecimiento de VOX.
Nos han quitado, muy marxista por otra parte, hasta la libertad de pensamiento. Eso sí, solo a los que no hemos pasado por el aro de la imposición del pensamiento único, la ideología de género o la barbaridad de la mentira histórica disfrazada de memoria.
Hasta tal punto esto es cierto que Fernando Paz, ilustre historiador, se ha visto obligado a renunciar a su candidatura electoral solo por el hecho de dar su histórica y personal versión de la homosexualidad y del holocausto judío. ¿Es esta la libertad de expresión que tan hipócritamente abandera la izquierda? Sí, esa es. Aquí solo pueden decir lo que piensan, aunque no tenga el menor sentido, ni la más mínima base histórica, los “rojiprogres”, los demás a obedecer como corderitos como si esto fuera ya la antigua URSS, Cuba, Corea del Norte o Venezuela.
De locos.