Ashotur cuenta con proyecciones de negocios hosteleros "excelentes", ya que todas las reservas han sido cerradas desde hace un mes, lo que sugiere que representarán el 30% de la facturación anual.
Después de dos años sin celebrarse y un tercer año con lluvias que han dejado los festejos agridulces, la hostelería de la ciudad de Castellón se encuentra en la recta final hacia las fiestas de la Magdalena.
La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castellón, Ashotur, maneja previsiones «excelentes» para lo que se conoce como la «semana grande» de la capital de la Plana. Miles de negocios hosteleros han colgado el cartel de «completo» desde hace más de un mes para el almuerzo del primer sábado de Magdalena, una tradición entre los castellonenses antes de que comience la primera mascletà a las 12:00 horas.
Luis Martí, vicepresidente de Ashotur y responsable de la división de Hostelería, afirma que están esperando las fiestas con mucho optimismo y esperan una Magdalena a la altura de los mejores tiempos. Después de tres años de espera, hay muchas ganas y las previsiones empresariales son excelentes, según Martí.
Con la tranquilidad que ofrecen las previsiones meteorológicas, que pronostican un clima casi tropical para el primer fin de semana, Martí reconoce que el almuerzo del sábado se ha convertido en una tradición consolidada.
Hace más de un mes que muchos establecimientos confirmaron que todas sus mesas estaban ocupadas para el almuerzo durante las fiestas de la Magdalena. Incluso hoy en día, algunos negocios ya tienen sus locales completos para el segundo sábado, especialmente durante el almuerzo y la comida.
Las fiestas de la Magdalena representan una parte significativa de la facturación de la hostelería local de Castellón. Martí señala que «depende mucho de la ubicación del establecimiento, pero en general, estará en torno al 30%, lo cual es muchísimo».
Reconocen el leve aumento de precios y la consolidación del almuerzo del primer sábado.
La pandemia del coronavirus hundió la facturación del sector durante las fiestas de la Magdalena en 2020 y 2021, mientras que las lluvias redujeron los ingresos en 2022, especialmente durante los fines de semana, especialmente el primero. El año pasado, el primer sábado de Magdalena se vio afectado por fuertes lluvias que obligaron al Ayuntamiento a posponer o cancelar varios eventos del programa.
Los hosteleros son conscientes del impacto de la inflación en las economías domésticas, pero creen que el gasto no se verá muy afectado durante este período festivo. «Vamos a ver cómo se comporta el gasto en estos tiempos de inflación y preocupación por la situación económica futura. Pero, todos, en fiestas, damos el resto», señala Luis Martí.
Además, la hostelería de Castellón ha tenido que aumentar los precios de los menús de esta Magdalena debido al aumento de los costes de producción tras el estallido de la guerra en Ucrania hace un año.
El vicepresidente de Ashotur reconoce que los precios han subido debido al repunte en los costes de producción después del estallido de la guerra en Ucrania hace un año. «Nos han subido todos los costes, y una parte hemos de repercutirlo», lamenta Martí. Durante la Magdalena, la hostelería de Castellón se concentra en horario matutino y vespertino de la mano del tardeo, una tendencia al alza que se centra en elevar el gasto y la actividad social a plena luz del día. Es por ello que hay más reservas para almorzar y comer que para cenar. El tardeo es un fenómeno consolidado en Castellón y se espera que durante la Magdalena cobre más fuerza, alentado por más de 200 actuaciones musicales en el programa y cientos de actividades de ocio y tradición.
