Estados Unidos y el mundo pierden a un líder visionario que dedicó su vida al servicio de los demás.
Estados Unidos despide a una figura histórica: Jimmy Carter, el presidente más longevo en la historia del país, falleció este domingo a los 100 años en su hogar en Plains, Georgia. El exmandatario se encontraba en cuidados paliativos debido a un melanoma que lo había mantenido alejado de la vida pública en los últimos meses. Su muerte marca el final de una vida dedicada al servicio público, la paz y los derechos humanos.
Nuestro fundador y expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, ha fallecido esta tarde en Plains, Georgia, rodeado de su familia.
Informó el Centro Carter en un comunicado oficial emitido a última hora del domingo, hora peninsular. Carter deja un legado familiar de cuatro hijos —Jack, Chip, Jeff y Amy—, once nietos y catorce bisnietos. Su esposa Rosalynn y uno de sus nietos lo precedieron en el fallecimiento.
Chip Carter, uno de sus hijos, expresó: «Mi padre era un héroe, no solo para mí, sino para cualquiera que crea en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado«. Además, agregó: «Mis hermanos, hermana y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estos valores comunes. El mundo es nuestra familia por cómo unió a la gente y os agradecemos que honréis su memoria para vivir según estos valores comunes».
Nacido el 1 de octubre de 1924 en Plains, Georgia, Jimmy Carter fue el 39º presidente de los Estados Unidos, ocupando el cargo entre 1977 y 1981 como representante del Partido Demócrata. Su ascenso a la presidencia fue tan improbable como inspirador, pasando de ser un magnate del cultivo de cacahuetes en una granja familiar de maní y algodón a convertirse en el líder de la nación más poderosa del mundo. Durante su mandato, Carter fue considerado uno de los presidentes más progresistas que ha tenido Estados Unidos, pero su administración se vio afectada por la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, un evento que hirió profundamente la moral del país y alimentó críticas desde los sectores más conservadores, que lo tildaron de mandatario débil.
Sin embargo, Carter logró redefinir lo que significa la vida después de la presidencia. Tras dejar la Casa Blanca, utilizó su influencia política y moral para continuar trabajando por el bienestar global. Fue un pionero en marcar un estándar para la vida post-presidencial, dedicándose a causas humanitarias, la promoción de los derechos humanos y la construcción de paz. En 1982, fundó el Centro Carter, una organización sin fines de lucro destinada a la resolución pacífica de conflictos, la promoción de la democracia y la lucha contra las enfermedades en el mundo en desarrollo.
El reconocimiento internacional llegó en 2002, cuando fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos «para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, impulsar la democracia y los derechos humanos y fomentar el desarrollo económico y social». Este premio consolidó su legado como una figura global comprometida con la paz y la justicia.
Con su fallecimiento, Estados Unidos y el mundo pierden a un líder visionario que dedicó su vida al servicio de los demás. Su legado será recordado como un faro de esperanza y un modelo de integridad en la política y más allá.
Fotografías: Instagram – thecartercenter