Marisa Paredes es reconocida como una de las intérpretes más destacadas de su generación y fue galardonada con el Goya honorífico en 2018.
La legendaria actriz Marisa Paredes ha fallecido a los 78 años, tal y como ha comunicado la Academia de Cine a través de su cuenta oficial en ‘X’. La destacada artista, que fue presidenta de la Academia de Cine y recibió el Goya de Honor en 2018, deja un legado inolvidable tanto en el cine como en el teatro.
Marisa Paredes nació en Madrid el 3 de abril de 1946, pero su carrera artística trascendió fronteras, desarrollándose también en países como Francia, México e Italia. Con más de 75 películas en su filmografía, trabajó con los directores más importantes a nivel europeo, dejando huella en clásicos como La flor de mi secreto, La vida es bella y Tacones lejanos.
La actriz comenzó su andadura en el mundo del espectáculo desde muy joven, impulsada por su pasión por el teatro. Estudió en el Conservatorio y en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. A la temprana edad de 14 años, debutó en el cine con las películas Esta noche tampoco (1960) de José Osuna y 091 Policía al habla (1960) de José María Forqué. Un año más tarde, subió por primera vez a los escenarios teatrales con la compañía de Conchita Montes como meritoria. También tuvo una destacada participación en el programa televisivo Estudio 1, donde interpretó personajes de dramaturgos como Ibsen, Shakespeare, Chéjov y Neville.
En los años 90, Marisa Paredes se consagró como una de las actrices más relevantes del panorama cinematográfico español al convertirse en una de las icónicas «chicas Almodóvar». Colaboró con el cineasta Pedro Almodóvar en títulos como Entre tinieblas (1983), Tacones lejanos (1991), Todo sobre mi madre (1999), Hable con ella (2002) y La piel que habito (2011).
Entre los premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su trayectoria se encuentran el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Fotograma de Plata en seis ocasiones, el Premio de Honor del Festival de Cine de Astorga y el ya mencionado Goya de Honor en 2018.
Su talento y presencia también brillaron en producciones de reconocimiento internacional como La vida es bella (1997), de Roberto Benigni, y El coronel no tiene quién le escriba (1999), de Arturo Ripstein. Entre 2000 y 2003, Marisa Paredes desempeñó un papel crucial como presidenta de la Academia de Cine, consolidando su figura como un referente indispensable del cine español.
Las reacciones a la muerte de Marisa Paredes no se han hecho esperar. Una de las primeras personalidades en mostrar su pesar ha sido Yolanda Díaz, quien escribió en ‘X’: “Ha muerto Marisa Paredes, una de las mejores actrices de nuestra época y, sobre todo, una amiga. Su voz siempre estaba a disposición de quien lo necesitase, siempre defendiendo causas justas. Hoy el mundo es un poco más triste, con menos luz. Te echaremos mucho de menos. Todo mi cariño a familiares, amistades y compañeros y compañeras”.
El fallecimiento de Marisa Paredes supone una gran pérdida para la industria cinematográfica y el teatro. Su legado, su voz y su pasión por el arte seguirán inspirando a generaciones futuras. La actriz deja un hueco irremplazable en el corazón del cine español y en la memoria de todos aquellos que disfrutaron de su talento en la gran pantalla. Descansa en Paz.
Fotografía portada: Academia de Cine.