Franco, ese hombre (II)

Franco, ese hombre (II)

Vamos a seguir con los hechos que jalonaron la vida del General Franco, personaje sin el cual los social-comunistas e hispanófobos de nuestros días no tendrían ninguna asidera donde agarrarse para tapar sus vergüenzas y su liberticida gestión. Si nos atenemos a las falacias que divulgan desde el poder establecido sobre la figura de Francisco...

Vamos a seguir con los hechos que jalonaron la vida del General Franco, personaje sin el cual los social-comunistas e hispanófobos de nuestros días no tendrían ninguna asidera donde agarrarse para tapar sus vergüenzas y su liberticida gestión.

Si nos atenemos a las falacias que divulgan desde el poder establecido sobre la figura de Francisco Franco, sobre todo esa de que es un hombre que no acertó ni una en todas las decisiones que adoptó e incluso en las que no adoptó. Caso único en el mundo.

Dejamos el anterior artículo cuando, el uno de abril de 1939, el ejército frentepopulista se rinde a las tropas nacionales que ocuparon Madrid sin disparar ni un solo tiro. Por supuesto todos los principales dirigentes se habían largado fuera de España. De todos ellos sólo el socialista Julián Besteiro,  no huyó cobardemente y fue sometido a juicio muriendo en 1940 en prisión.

El resto de los auténticos responsables de la guerra civil española, desde Azaña a Negrín, pasando por Prieto o Carrillo, vivieron cómodamente en el extranjero sobre todo gracias a todo lo que expoliaron y robaron a los españoles. Destaquemos, entre otros, el cargamento del yate Vita, que sería digna de un guion de una película de gánsteres.

Negrín, había mandado zarpar el yate Vita rumbo a Méjico, para cuando él llegara a Veracruz, hacerse con todo el cargamento que eran 110 cajas conteniendo oro, brillantes, y una serie de bultos de gran tamaño con cuadros de gran valor que formaban parte de aquel tesoro incalculable que en la desbanda del gobierno de la República se envió a Francia.

Pero allí, Indalecio Prieto, con la connivencia del presidente de Méjico, se apoderó del yate y se quedó con todo lo robado. No deja de ser la marca de identidad del PSOE; el latrocinio como ADN, Hoy en día sigue haciendo lo mismo; miles de asesores, miles de chiringuitos, multitud de enchufados y una subida de impuestos salvaje, con el único objetivo de robar a los españoles.

Les dejo un enlace en el que podrán constatar el pillaje de los socialistas con lo del yate Vita:

https://www.elespanol.com/reportajes/20170602/220728344_0.html

Pero, centrémonos con lo que se encontró Franco al finalizar la contienda civil. Un país devastado por la guerra, con muchas infraestructuras destrozadas, con la industria y el campo bajo mínimos y con la última parte territorial republicana pasando verdadera hambruna. Para solventar esta última circunstancia hay que alabar el ingente trabajo realizado por Auxilio Social y la Sección Femenina.

A todo lo anterior había que añadir la falta de liquidez por todo lo que esquilmaron los dirigentes del gobierno republicano, con lo cual la dificultad para reconstruir el país era una tarea titánica y muy difícil.

Para complicarlo más, inmediatamente se produjo el inicio de la II Guerra Mundial, lo que supuso unas mayores dificultades para conseguir ayuda internacional, en vista de lo cual, el General Franco con la inestimable colaboración del pueblo español, se tuvo que embarcar en la reconstrucción completa de un país.

Seguramente, ante esa situación, el actual gobierno social-comunista y separatista, tendría muy claras sus prioridades. Incrementar el número de ministerios y subir, de forma inmisericorde, los impuestos. Y para la concejal Ruiz, de nuestro ayuntamiento, hubiera encontrado la solución, destruyendo todas las cruces del país. Ella es más de destruir que de construir.

Mientras duraba la II Guerra Mundial, Francisco Franco tuvo que hacer difíciles equilibrios internacionales ya que intentaba, a toda costa, evitar la entrada de nuestro país en la contienda, ya que ello hubiera sido un auténtico drama para los españoles.

El equilibrio era complicado ya que tanto los del Eje como los Aliados, tenían sus bazas para jugarlas y Franco supo, con gran habilidad sustraer a nuestro país de la hecatombe que hubiera supuesto la participación de España en la conflagración.

Los alemanes planificaron varias veces la invasión e España con el objetivo de hacerse con Gibraltar, para cortar los suministros ingleses en el Mediterráneo. Franco, a pesar de los deseos de Adolf Hitler (reunión de Hendaya incluida) y de Mussolini, no dio su brazo a torcer y preservó a España de la entrada en la guerra.

Por otra parte, los Aliados, y más después de la entrada de Estados Unidos en el conflicto, presionaron al Jefe del Estado, con amenazas de invadir España o bien las Islas Canarias y con cortar el suministro de petróleo. Al mismo tiempo, Franco hacía encaje de bolillos para no verse arrastrado a la guerra y defender la integridad nacional, así como los intercambios de suministros necesarios.

Como única concesión a Alemania, envió a la División Azul, compuesta por voluntarios, bajo el mando del General Muñoz Grandes, de simpatías falangistas, para combatir contra la Unión Soviética. Por cierto, los aproximadamente 47.000 hombres, de la División Azul tuvieron una destacada participación en los frentes de batalla rusos, siendo muchos los que fueron condecorados.

También en el interior tuvo que pelear con astucia, ya que dentro de las distintas familias que componían el gobierno (falangistas, monárquicos, carlistas, militares y católicos) no todos pensaban igual. Unos se decantaban por la entrada en guerra a favor de Alemania, también los había anglófilos y tuvo que torear hábilmente con todos ellos para evitar la guerra.

Si hubiera dependido de Pedro Sánchez «El Enterrador», hubiera desmembrado España y hubiera regalado a los dos bandos en guerra todo lo que le hubieran pedido, menos La Moncloa y el Falcon. Esta es la diferencia entre un Don Nadie y un estadista que luchaba por el bien de su Patria y de los españoles.

A Franco se le puede llamar con total naturalidad «Ese Hombre» a pesar de todos los epítetos que le dedican. Gracias a él España se salvó de una hecatombe.

¡¡VIVA ESPAÑA!!

 

Luis Andrés Cisneros