VÍDEO - Los individuos solían realizar pintadas con aerosol en los lugares que saqueaban, autodenominándose como 'La Mafia del Cobre'.
La Guardia Civil ha arrestado a seis individuos pertenecientes a un clan familiar que supuestamente se dedicaba al robo de cobre, habiendo perpetrado más de 75 robos con daños que ascienden a dos millones de euros en varias provincias.
Estos detenidos habrían llegado incluso a dejar fuera de servicio diversas depuradoras en Valencia y Castellón.
Según ha informado el Instituto Armado en un comunicado.
La investigación se inició a finales de agosto cuando la Guardia Civil comenzó a indagar en el robo de dos vehículos, herramientas y cerca de un kilómetro de cableado eléctrico de una empresa en Bétera, Valencia. En ese incidente, el valor de los objetos sustraídos y los daños ocasionados superaron los 180.000 euros.
Posteriormente, los investigadores descubrieron la existencia de un grupo organizado compuesto por individuos de un mismo clan familiar, quienes se dedicaban al robo de cobre en empresas e instalaciones que utilizaban este material, tales como depuradoras, estaciones de tren o cuadros eléctricos de edificaciones de gran envergadura.
Los individuos solían realizar pintadas con aerosol en los lugares que saqueaban, autodenominándose como ‘La Mafia del Cobre‘ y desafiando a las fuerzas de seguridad. También compartían sus hazañas en las redes sociales, atribuyéndose numerosos robos, incluyendo al menos quince depuradoras.
Estos actos dejaron sin servicio a un gran número de residentes en diversas localidades de Valencia y Castellón.
La organización criminal operaba con una jerarquía bien definida: los miembros más ancianos, incluyendo al patriarca del clan, desempeñaban funciones de liderazgo, recibiendo los objetos robados y distribuyendo la parte correspondiente a cada miembro del grupo. Eran responsables de planificar las acciones, coordinar la ejecución y brindar apoyo.
El escalón de ejecución realizaba físicamente los delitos y entregaba los bienes robados al escalón de dirección. Por otro lado, el escalón de apoyo se encargaba de obtener información sobre domicilios, teléfonos y otros recursos necesarios para llevar a cabo los actos delictivos. Finalmente, se identificó un escalón de receptación encargado de vender ilegalmente los objetos sustraídos a cambio de dinero.
Los hijos de los miembros del clan no asistían a la escuela y eran entrenados desde temprana edad en las actividades del grupo delictivo. El futuro del clan dependía de ellos, ya que representaban la próxima generación, según informaron las mismas fuentes.
A lo largo de la investigación, se pudo verificar la comisión de más de 75 delitos de robo con fuerza en las provincias de Valencia, Castellón, Cuenca, Albacete y Murcia, con daños y efectos sustraídos que ascendían a dos millones de euros.
Finalmente, a mediados de octubre, se llevaron a cabo seis registros, cinco de ellos en viviendas y uno en una nave industrial utilizada para esconder y procesar los objetos robados. También se inspeccionó y clausuró una instalación de tratamiento de residuos donde se vendían productos sin cumplir con la normativa aplicable. Esto permitió establecer la responsabilidad en todos los delitos y actores involucrados, desde el robo hasta la venta ilegal de los productos.
En los registros, se detuvo a un total de seis hombres, cuyas edades oscilaban entre los 46 y los 19 años, y se investigó a un menor de edad.
Se incautaron 1,5 toneladas de cobre, 300 cajas de material de fontanería, herramientas profesionales de construcción valoradas en 70.000 euros, cinco vehículos con un valor aproximado de 30.000 euros, dos dispositivos de descargas eléctricas (táser), tres armas blancas de gran tamaño y herramientas de corte de cobre valoradas en alrededor de 5.000 euros.
El juzgado de Instancia e Instrucción número 2 de Llíria está a cargo de la investigación de estos hechos.