La Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española protagoniza un concierto histórico en el Auditorio de Castellón.
La alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, y la concejal de Cultura, María España, han participado en el concierto extraordinario con motivo del centenario de la Sociedad Filarmónica de Castellón. Este magno evento, que ha congregado a 1,000 asistentes, tuvo como protagonista a la Orquesta de Radio Televisión Española, dirigida por el director castellonense Sergio Alapont.
Para el maestro benicense, ser parte de esta celebración dirigiendo, además, al conjunto orquestal de RTVE, representa un «doble honor». En primer lugar, afirma, «porque desde mi infancia, las primeras orquestas y las primeras representaciones operísticas a las que pude asistir fueron gracias a la programación de esta centenaria institución».
Este concierto marcó el número 1,401 en la rica historia de la entidad cultural, la cual ha traído a la provincia a destacados artistas como Montserrat Caballé, Arthur Rubinstein, Max Richter o Zubin Mehta.
Begoña Carrasco resaltó la importancia de este día para la historia cultural de la ciudad, destacando que la Filarmónica de Castellón ha sido un referente social crucial en la capital durante sus cien años de trayectoria. En sus palabras, «Una celebración a la altura de estos 100 años merecía un concierto como este. El emblema musical de todo un país, para honrar al emblema musical de una ciudad. Esperamos poder seguir disfrutando, como mínimo, cien años más».
Por su parte, María España enfatizó la impresionante cifra de 1,401 conciertos en cien años, una asombrosa media de más de un concierto al mes. Hizo hincapié en el reconocimiento que la Sociedad Filarmónica de Castellón merece, recordando la reciente entrega de la Medalla de Oro de Castellón a su presidente, Miguel Ángel Trilles. Este reconocimiento, según sus palabras, está a la altura de todo lo que la entidad ha dado a la ciudad y de lo mucho que aún tiene que aportar.
El concierto repasó algunas de las composiciones más universales de la música sinfónica, incluyendo «El aprendiz de brujo» de Paul Dukas, melodías de Richard Strauss y concluyó con el emblemático «Bolero» de Maurice Ravel, una de las piezas más representativas del siglo XX.