Con la venia: te agradezco el detalle, Reineta.
Has sido invitada a comer y quieres que te acompañe.
Para informarme del asunto me reenvías un correo que recibiste ayer, en el que se te obsequia con una comida para dos personas en un conocido restaurante.
Acompañas un texto donde anotas que te extrañó la hora de convocatoria -las 11.00h nada menos- pero luego te tranquilizó leer que seríamos recibidos con un café con leche o zumo a elegir, y unas bandejas de mignardises.
También dices que que solo se admiten comensales mayores de 55 años, por lo que no habrá niños pululando en el salón.
Y señalas que en el correo se reflejan reseñas muy favorables, escritas por unos quienes que ya disfrutaron de ediciones anteriores.
Hasta aquí bien. No negaré que la oferta es tentadora.
Pero como soy un poco políglota, y un mucho amigo tuyo, te propongo analizar y traducir el mensaje al roman paladino, porque siempre es bueno quitarle la paja al trigo.
En primer lugar, observo que el evento lo convoca una empresa cuyo nombre se parece -mucho- al de una Ruta Gastronómica que está en marcha en nuestra ciudad pero…no he podido encontrar evidencia de que forme parte del actual Tour de Tapas. Será coincidencia.
Luego atrae mi atención el mínimo de 55 otoños para ser admitido, porque coincide con lo que podríamos llamar PreTercera Edad. Es decir; el momento en mucho listillo cree que ya comienza nuestra debilidad física y mental. Huele a perrizo esto.
La promesa de poder yantar en paz, sin berreos infantiles, contaba con mi más completa aprobación, hasta que releí la hora de comienzo del acto.
En principio no me creo que a una panda de Añosos se les sirva la comida antes de las 13.00h, y aún me parece pronto.
Por tanto me pregunto qué carajo va a ocurrir desde las 11.00h hasta el servicio de mesa. Y en este contexto, el veto a la infancia, lo veo rarito.
No menos llamativo es que los firmantes de las reseñas amparados por la Política de Privacidad sean, en definitiva, unos quídams inidentificables. Manda carallo.
Yendo a la boustifaille; veo en el menú a elegir, de primeros; Hojaldre de Misterio -o Arcano, o Secreto- con salsa reducida de Remedo, y Crema Carotena.
Los segundos son Paella Inespecífica -¡cómo no!- y Bacalao Gratinao con salsa Miraolas.
Postre de la casa, y café o infusión.
Se acompaña el comilupio con un bebestupio por persona. En caso de más sed hay que afrontar un pago aparte. No indica a qué precio.
Me digo que bueno, que si te hace ilu a ti, que sea lo que el Hado disponga. Conversación y Almax no nos faltará.
Pero, por si las moscas, repaso de nuevo los apartados de la invitación y encuentro una línea que avisa de que los patrocinadores informarán a los asistentes de las últimas novedades en salud y bienestar.
¡¡Eurekas miles!!
Ya puedo traducir.
Verás, Reineta; si vamos, las 11.00h del día de autos seremos recibidos y fichados -por un Equipo Mixto de lixtas y lixtos- que nos pedirán más datos de los que yo estaría dispuesto a darle al cuello de mi camisa.
Recuerda que cuando nos pregunten si somos cónyuges, o pareja o amigos, como respondamos concubinos seremos expulsados, que no se admiten bromas en actos informativos con patrocinio.
El Equipo Mixto nos pastoreará mientras tomamos los pitifluxes de recepción y luego, sin que lo interrumpa niño alguno, un Expiker nos comunicará La Buena Nueva.
Consiste esta en hacernos saber que -por lo salaos que somos y, para mejorar nuestra salud y bienestar- se nos ha seleccionao para disfrutar unos bragueros antihernias de kevlar ecológico, o unas almohadas toroidales veganas, o unos colchones zen inconsútiles cosidos a mano.
Todo ello con un descuento del 50% sobre el precio de mercado.
Nadie del Equipo Mixto dudará -y el Expiker lo voceará- que tras las atenciones recibidas, y con la comida gratuita ya perfumando el ambiente, debemos estar dispuestos a sacar la tarjeta y pasarla por taquilla.
Pero, por si algunos de los Añosos no tragamos, se ofrecerá la opción de comprar un pack especial -que contiene un ejemplar de cada ítem- con la delirante oferta del 70% de descuento.
Se nos dirá y repetirá que no podremos negarnos; es una ocasión única y no tiene desperdicio.
Y caerán muchos viejitos en el garlito.
Tal vez hasta tú y yo, aunque sea asaz improbable. Pero quien sabe cuantos sulfitos contiene el vino de la casa.
Por cierto, como nadie querrá cargar a unos vejetes con pesados paquetes, mediante un pago simbólico de 20 euritos de nada, el Equipo Mixto se comprometerá a llevar nuestras compras al domicilio indicado en la ficha, en un plazo de 7/8 días.
Tiempo este que podemos dedicar a rezarle a Mercurio, porque si no recibimos lo pagado y entablamos una reclamación, que sepas que al firmar la ficha nos comprometimos a aceptar la jurisdicción legal francesa. Y esto no es broma, que estuve buceando en la letra pequeña, y en ella viene dicho.
Pues así están las cosas, Reineta. Si aún quieres que vayamos cuenta conmigo. Te acompañaré de mil amores, y te prometo mantener un prudente silencio.
En caso contrario, dispongo de un pez ballesta cumplidito de tamaño, dos cabritas de mar con sus huevas, y una botella de Papirusa. Todo para nuestro regalo, si me dejas una horita en tu cocina. Del postre te encargas tú.
¿Tenemos un acuerdo?
B.S.R.
El Equipo Mixto y su desempeño suenen con la Sinfonía de los Juguetes de Haydn.
La cena a dos pide a Rameau, con sus Forets Paisibles.
Manolodíaz.