Vaya por delante mi más sentido pésame a las familias de todos los fallecidos por esta pandemia que nos asola, así como a todos los españoles que están viendo cernirse sobre ellos un borrascoso futuro lleno de incertidumbres y zozobras. El 4 de febrero de 1966, con la emisión de “El Cumpleaños”, se iniciaba en...
Vaya por delante mi más sentido pésame a las familias de todos los fallecidos por esta pandemia que nos asola, así como a todos los españoles que están viendo cernirse sobre ellos un borrascoso futuro lleno de incertidumbres y zozobras.
El 4 de febrero de 1966, con la emisión de “El Cumpleaños”, se iniciaba en TVE la mítica serie “Historias Para No Dormir”, dirigida por Narciso Ibáñez Serrador (Montevideo, 4 de julio de 1935-Madrid, 7 de junio de 2019).
La serie nació de la mente de una de las figuras más emblemáticas de la televisión en España, Narciso Ibáñez Serrador, que además supuso su consagración en el medio, años antes de idear el concurso por antonomasia: “Un, dos, tres… responda otra vez”. En ella se abordaba el género cinematográfico del terror, por entonces casi desconocido en el cine o la televisión del país. La narrativa de terror llevada a la pantalla, si bien contaba con una tradición muy asentada en los países anglosajones o de centroeuropa, apenas había sido tratada en España.
Quién nos iba a decir que, 54 años más tarde del estreno del primer capítulo de la serie, estaríamos viviendo el terror descontrolado que fue el santo y seña de aquellos capítulos, pero en versión todavía más terrorífica y mortal.
Claro, en los tristes momentos actuales, los nuevos directores de la serie en el Siglo XXI, tienen un maligno y torticero guionista que es “Rasputín” Redondo. Para este taimado ser, no hay cosa, por retorcida que parezca, que no pueda llevarse a cabo. No tiene límites en la confección de maldades, es más, cuánto más dolor, sufrimiento, terror y desgracia suponga para el ser humano, mucho mejor.
Esta nueva temporada, tiene una diferencia fundamental con la primera y es que, en vez de verla en la pantalla de nuestro televisor, la visionamos en riguroso directo, en nuestro vecindario, en nuestra localidad, en nuestro país y, por si no tuviéramos bastante, también usan la pequeña pantalla, la radio y la prensa, así como las Redes Sociales.
Los capítulos parecen no tener fin ya que la concatenación de hechos que vienen sucediendo así lo anuncia.
Todo empieza con que los que sólo piensan en su bienestar propio y en avanzar en una agenda de ideología marxista, han puesto en riesgo, con una ligereza torticera, multitud de vidas humanas. Tengamos en cuenta que todas las víctimas son seres humanos, con una vida y una familia que se han visto truncadas. Claro para Sánchez e Iglesias, son simples números que les sirven para aplicar sus medidas genocidas.
Han ignorado, a conciencia, los avisos que venían de todo el mundo, ellos no querían ver suspendido su aquelarre feminazi, ya que era un acto que les dirigía hacia la instauración, en España, de un comunismo salvaje. Se han instalado en la mentira salvo, sin que sirva de precedente, las palabras mesiánicas de Carmen Calvo, pronunciadas poco antes del famoso 8M: “Nos va la vida en ir a la manifestación”, es la única verdad que ha dicho en su vida.
Pero claro, a ver quién es capaz de salir ahora y pedir perdón, ya que según toda la “troupe” del Gobierno, tienen la desvergüenza de decir que no han cometido ni un solo error. Es decir los miles de personas fallecidas lo habrán sido por una fatalidad del destino. Tal es así, que han sido incapaces de decretar días de luto, lo que demuestra que, para ellos, las personas fallecidos y sus familiares y amigos, son sólo posibles votantes, nada más.
Esconden las cifras de las víctimas, engañan con las cifras, algunos se están forrando con las compras de materiales inservibles para proteger a la gente del virus. Mientras tanto, y ante una crisis económica galopante, que no dejará ni un Euro en las arcas del Estado, siguen nombrando “amiguetes” en cargos de confianza, aumentando el gasto innecesario, mientras no hay test para el pueblo español.
Los capítulos de la serie van aumentando en mentiras y falacias. Se sirven del ¿médico? “Perro Pulgoso” Simón y de su jefe Illa, para ir llenando de mentiras nuestras vidas, a un coste desbocado de vidas humanas. Son auténticos desalmados.
En cambio, su agenda dirigida a acabar con España sigue adelante, sin ninguna pausa, con un objetivo bien claro, como dice el “gurú” Iglesias de implantar el comunismo y poder rememorar los millones de crímenes que la ideología, de la que él se siente tan orgulloso, y hacerlos efectivos en España.
El confinamiento les está sirviendo para conseguir que España desaparezca, que la nación que ha sido un eslabón de la Humanidad, caiga bajo el yugo de la intolerancia y la opresión de los españoles.
Las guerras que se han instaurado entre las Comunidades Autónomas y el poder central, con respecto al tema sanitario, económico y de toda índole, está demostrando, una vez más que ése es el cáncer que asola a nuestro país, y que genera corrupciones de todo tipo, perjudicando a los ciudadanos, salvo a los políticos o advenedizos que se distribuyen los cargos.
Esperemos que la Justicia, acabe con todos estos delincuentes en el banquillo de los acusados y con unas condenas ejemplares. Esperemos que las querellas presentadas por Asociaciones, Particulares y VOX puedan llegar a buen puerto, y sea el final de “Historias Para No Dormir”.
Ya está bien de aplaudir en los balcones, no se sabe bien a quién. No podemos aplaudir con el dolor que asola a España. Los profesionales que se están jugando la vida, desde médicos a policías, desde camioneros a empleados de tiendas, ya saben que estamos orgullosos de ellos, lo que tenemos que procurar es que les lleguen medios para protegerse.
Lo que quieren es que se acabe esta lúgubre Historia y que la Mentira, que ahora está instalada en el poder pase, junto a muchos de sus protectores al limbo.
Luis Andrés Cisneros