Los voluntarios 'calijons' trabajan junto a militares, bomberos y autoridades, quienes están desbordados por la magnitud de la catástrofe.
Desde el pasado martes 29 de octubre, una devastadora DANA ha azotado varios municipios de la provincia de Valencia, especialmente en la comarca de l’Horta Sud, dejando un saldo provisional de 210 fallecidos en la Comunitat Valenciana, según fuentes oficiales. Esta tragedia ha provocado un masivo despliegue de solidaridad, con miles de voluntarios que han llegado desde distintos puntos del país, destacando la participación de personas de localidades de la provincia de Castellón, como Càlig, en el Baix Maestrat.
Un grupo de jóvenes de Càlig formado por Nerea Borrás Ruíz, Joan Conesa Querol, César Colom Forner y Mikel Anglés Forner, ha decidido actuar rápidamente. Sin dudarlo, se han equipado con cubos, cepillos y otros artículos de limpieza para ayudar a las localidades afectadas por esta catástrofe. Este domingo, emprendieron su camino y, tras pasar la noche en casa de uno de ellos que estudia en Valencia, César Colom Forner; se pusieron manos a la obra a primera hora de la mañana de este lunes.
A pesar de las limitaciones en el transporte, lograron llegar andando a Benetússer y Sedaví, donde se encontraron con una situación «que daba miedo» conforme relata Mikel Anglés Forner.
Durante su jornada de trabajo, limpiaron grandes superficies, incluidos un megabazar chino, una carpintería y un almacén de food trucks. Con gran esfuerzo, achicaron agua, sacaron barro y muebles destrozados y todo tipo de enseres amontonados y embarrados, recordando la devastación que vivieron las personas sorprendidas por la riada.
Mikel Ángles Forner, uno de los jóvenes voluntarios calijons, expresó su asombro ante la solidaridad que se respira en el ambiente, aunque también destacó que la situación es desoladora y que hace falta mucha más ayuda.
No ha llegado ninguna máquina para quitar los montones de coches y muebles. Dentro del bazar chino había cinco coches.
Comentó Mikel, visiblemente afectado por lo que estaba presenciando.
El grupo de voluntarios trabaja en medio de un despliegue de militares, bomberos y autoridades que están desbordadas ante la magnitud de esta catástrofe.
A pesar de las dificultades, estos jóvenes de Càlig se preparan para continuar con sus labores humanitarias; mañana se trasladarán a Paiporta, donde seguirán ofreciendo su apoyo en compañía de otros voluntarios y voluntarias. Equipados con mascarillas, guantes y todas las medidas de protección necesarias, buscan ayudar sin poner en riesgo su salud. Su intención es «quedarse toda la semana». También destacan que han instalado sanitarios ‘Poliklin’ para realizar sus necesidades, y en algunas casas que cuentan con el servicio, permiten el acceso.
“Desastre” es la palabra que más resuena entre ellos. “Da miedo”, resume Mikel, reflejando la gravedad de la situación y el impacto emocional que ha dejado esta tragedia en el corazón de todos los valencianos y valencianas. Un sentimiento que se hace eco tanto a nivel nacional como internacional.
La labor de estos jóvenes es un testimonio del espíritu solidario que aflora en tiempos de crisis, pero también pone de manifiesto la necesidad urgente de más recursos y ayuda para afrontar la devastación que ha dejado la DANA en Valencia.