El acusado principal enfrenta una solicitud de nueve años de prisión por los delitos contra la seguridad y dos delitos de homicidio en grado de tentativa.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón llevó a juicio este viernes a cuatro acusados, tres de ellos físicamente presentes y un cuarto participando a través de videoconferencia, por su implicación en una pelea multitudinaria ocurrida a la salida de una discoteca en Castelló. Este incidente, que tuvo lugar en junio de 2019, se desencadenó tras un primer enfrentamiento entre clientes de la discoteca.
El principal acusado enfrenta provisionalmente una solicitud de pena de nueve años de prisión por los delitos contra la seguridad y dos delitos de homicidio en grado de tentativa. En cuanto al resto de los procesados, la Fiscalía busca penas que varían entre cuatro años y medio y un año y medio, relacionadas con varios delitos de lesiones.
Este juicio se centra en esclarecer los eventos ocurridos durante la pelea y determinar las responsabilidades individuales de los acusados en este incidente violento.
Según la versión presentada por el Ministerio Público, los hechos tuvieron lugar en 2019, cuando, tras una breve disputa en un establecimiento, ambos grupos se encontraron nuevamente al salir y dirigirse a casa. Algunos de ellos se desplazaban en un vehículo, mientras que otros caminaban. Según la acusación pública, uno de los peatones se acercó a la ventanilla del automóvil y comenzó a agredir al conductor con puñetazos.
El copiloto salió del coche y la disputa continuó en la calle.
En ese momento, el conductor, con la aparente intención de acabar con la vida del agresor, aceleró en dirección a ellos, atropellando al peatón y llegando a impactar contra su propio amigo. Supuestamente, luego dio marcha atrás y volvió a pasar por encima del perjudicado. Estos detalles forman parte de la narrativa presentada por la acusación pública para arrojar luz sobre los eventos ocurridos durante el altercado.
Dos miembros del equipo de Atestados de la Policía Local llegaron a la conclusión de que el atropello fue «intencionado». Según una inspectora, «no había una única huella, era un bucle. Entendimos, por experiencia, que no era un accidente. Había marcas de trompos, se había subido a la acera y había chocado contra una farola«. Otro policía corroboró esta afirmación al señalar: «Había huellas de derrapes y, según las marcas y la versión de los testigos, determinamos que había sido con intención». A pesar de las diligencias realizadas por los agentes, la prueba de alcoholemia no pudo llevarse a cabo debido a las heridas sufridas por el conductor.
En el transcurso del juicio, los acusados se inculparon mutuamente de agresión, y el conductor del vehículo negó haber atropellado intencionalmente a los heridos.
El conductor argumentó:,
Íbamos en coche y un grupo de personas se acercó para agredirnos por la ventanilla. Me asusté y aceleré, solo quería alejarme de allí. Lo último que recuerdo es que pasé por encima de dos personas, escuché el ruido, y después fui víctima de una paliza tremenda.
El joven, enfrentando acusaciones de dos intentos de homicidio, sostuvo que su acción fue impulsada por el miedo y la necesidad de escapar.
Su amigo, quien también resultó atropellado, respaldó la versión al afirmar que simplemente querían «huir de allí». Agregó: «Sé que él no intentó matarme, obviamente». Estos testimonios contrastan con la versión presentada por la acusación pública y subrayan las divergencias en las declaraciones de los involucrados en el incidente.
Los otros dos imputados, quienes eran adversarios de los dos acusados previamente mencionados, resultaron ser madre e hijo, siendo este último la persona que sufrió las heridas más graves. Según el relato del joven atropellado,
Desde un coche nos insultaron a mi familia y a mí. Fui a recriminárselo, me dieron un puñetazo y caí. Luego me dejaron medio muerto. Tengo flashbacks. Estuve en silla de ruedas y tres meses sin poder moverme.
La madre, por su parte, negó en el juicio que su familia agrediera a los ocupantes del coche y responsabilizó a terceros. Aseguró que incluso intentó proteger al hombre que había atropellado a su hijo.
El caso ha sido visto para sentencia, dejando en manos del tribunal la tarea de evaluar y determinar las responsabilidades en este conflicto, donde las versiones de los involucrados difieren significativamente.