El público del Al Maestrat, impresionado con el concurso de perros pastores de Ares.
Ares del Maestrat acogió la decimoquinta edición del concurso de perros pastores frente a un nutrido público que, pese al calor del fin de semana, se desplazó hasta la localidad para poder ver las interesantes demostraciones de habilidades, tanto de los animales como de sus pastores. Hasta trece pastores participaron en el campeonato, provenientes de Aragón, País Vasco, Catalunya y Comunitat Valenciana, catorce perros de diferentes razas como un pastor vasco, un pastor catalán y Border Collies.
El gran campeón de la edición fue el pastor de Ares del Maestrat Julio Bayot, así como su perro Gandalf.
Julio Bayot es, además de esto, el principal organizador de este acontecimiento, que no se festejaba desde el año dos mil diecinueve debido al parón obligado por la pandemia de la Covid-19. La competición canina se dividió en dos fases: en la primera, los perros debían recoger un rebaño de ovejas y llevarlo a otro extremo del campo, aparte de quitarle el cencerro a una oveja y lograr que todo el rebaño cruzara una puerta. La prueba final consistió en que los perros debían lograr que todo el rebaño entrara y saliera de un corral, siempre y en todo momento siguiendo las órdenes de su pastor.
El campeonato respeta fielmente uno de los oficios tradicionales con más historia en el Alt Maestrat, territorio donde la ganadería y el comercio de carne, piel o lana ha tenido un peso sustancial en la economía y sociedad durante los siglos. Ahora, si bien poco a poco más infrecuente, estas raíces se enseñan, se cuidan y se propagan con acontecimientos como el de Labres.
Las tradiciones y las raíces históricas tan singulares del Alt Maestrat son una parte del patrimonio inmaterial de sus gentes, que prosiguen respetando, celebrando y difundiendo acontecimientos como la romería a Sant Joan de Penyagolosa desde Culla.
La localidad festejaba, tras el paso de la pandemia, una rogativa con seiscientos años de historia. Generaciones y generaciones de habitantes de Culla que han ido y regresado al gigante Penyagolosa para solicitar lluvia y buenas cosechas.
El pasado viernes, vecinos y vecinas de la localidad hicieron exactamente el mismo camino hasta la ermita, donde durmieron. Retornaron el sábado con una bienvenida triunfante tras el recorrido efectuado, y se cantaron los gozos en honor al santo. Decenas y decenas de participantes recorrieron los sesenta km de separación entre Culla y Sant Joan, a lomos de caballos. En su ascenso cruzaron por puntos de enorme interés patrimonial como Sant Bertomeu del Boi. Una rogativa declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial, que ya espera el dos mil veintitrés para entonar el ,
“Da nobis salutem, pacem et pluviam de coelis” (Danos salud, paz y la lluvia del cielo).