Juzgan en Castellón a seis acusados de abusos a menores en Vistabella del Maestrat

Juzgan en Castellón a seis acusados de abusos a menores en Vistabella del Maestrat

El grupo inició sus actividades en una vivienda situada en la avenida València de Castellón de la Plana, donde el líder ofrecía presuntas terapias curativas.

 

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón comenzará el próximo martes, 22 de abril de 2025, el juicio contra seis presuntos integrantes de una secta pseudorreligiosa asentada en Vistabella del Maestrat, acusados de nueve delitos de abuso sexual, seis de ellos cometidos contra menores de edad, y un delito de asociación ilícita. Los procesados, cinco mujeres y un hombre, se enfrentan a penas solicitadas por la Fiscalía Provincial de Castellón que oscilan entre los 16 y los 76 años de prisión, sumando un total de 326 años de cárcel, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Origen y funcionamiento de la secta de Vistabella del Maestrat

El grupo, liderado por Antonio G.L., conocido como «Tío Toni», comenzó sus actividades en 1990 en una vivienda en la avenida València de Castellón de la Plana, donde el líder ofrecía supuestas terapias sanadoras basadas en ritos sexuales, sin contar con cualificación profesional alguna. Según la Fiscalía, estas prácticas incluían el uso de vibradores para alcanzar el orgasmo o relaciones sexuales completas bajo el pretexto de «eliminar la negatividad». Con el tiempo, la organización creció y se trasladó a la masía La Chaparra, un inmueble de 700 metros cuadrados ubicado en Vistabella del Maestrat, a unos ocho kilómetros del núcleo urbano.

En este enclave aislado, la comunidad se consolidó, con seguidores residiendo de forma temporal o permanente junto a sus familias. La Fiscalía sostiene que el líder, considerado un «ser superior» por sus adeptos, imponía una doctrina «dogmática y totalitaria» que normalizaba comportamientos sexuales atípicos, especialmente entre menores, aprovechando el aislamiento de la masía y la admiración que generaba. Los acusados, entre ellos la esposa y la nuera del líder, habrían desempeñado un papel esencial al facilitar y presenciar los encuentros sexuales con menores, contribuyendo a satisfacer los deseos del líder bajo la fachada de rituales sanadores.

Investigación y desmantelamiento

La investigación se inició en 2021 tras una denuncia que alertaba de delitos sexuales contra menores y adultos en la masía. El operativo policial, llevado a cabo el 15 de marzo de 2022 por la Policía Nacional, con la participación de la Comisaría General de Información, la Unidad Central de Atención a la Familia y a la Mujer (UCFAM) y la Brigada de Información de Castellón, culminó con la detención de nueve personas, incluido Antonio G.L., y la liberación de doce víctimas, entre ellas dos menores de 8 y 13 años. Durante el registro de la masía y una vivienda en Castellón, se encontraron artilugios sexuales y material audiovisual presuntamente utilizado para someter a las víctimas.

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El Juzgado de Instrucción número 6 de Castellón ordenó prisión provisional sin fianza para tres de los detenidos, incluido el líder, mientras que los otros seis quedaron en libertad provisional con medidas cautelares, como órdenes de alejamiento y prohibición de comunicación con las víctimas. La Generalitat Valenciana asumió la tutela de los dos menores liberados tras la suspensión de la patria potestad decretada por la jueza, según fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

Fallecimiento del líder y secuelas en las víctimas

Antonio G.L., de 64 años, fue hallado muerto en su celda en el Centro Penitenciario Castellón I el 15 de mayo de 2022, dos meses después de su ingreso en prisión preventiva. Según la Subdelegación del Gobierno, la muerte se atribuyó a causas naturales, dado que el líder sufría problemas de salud, usaba una bombona de oxígeno, un andador y requería atención médica constante. Su fallecimiento extinguió su responsabilidad penal, dejando a los seis acusados restantes como principales procesados.

Las víctimas, especialmente los menores, han sufrido graves secuelas, incluyendo trastorno de estrés postraumático, insomnio, taquicardias, alteraciones alimentarias, malestar sexual, conductas evitativas y pensamientos obsesivos, según el escrito de acusación de la Fiscalía. Estas consecuencias reflejan el impacto psicológico de los abusos perpetrados en un entorno de manipulación y control.

Contexto y reacción local

La masía La Chaparra, situada en una zona rural rodeada de pinares y protegida por vallas y cámaras de seguridad, albergaba a varias familias, con hasta una treintena de personas conviviendo en los últimos 20 años. Los habitantes llevaban un estilo de vida «alternativo», dedicado a la agricultura y la ganadería, lo que les hacía autosuficientes. Según el alcalde de Vistabella, Jordi Alcón, los vecinos del municipio, de apenas 330 habitantes, desconocían las actividades ilícitas, ya que los miembros de la secta no levantaban sospechas ni generaban conflictos.

El juicio, que se celebrará en la Audiencia Provincial de Castellón, pondrá el foco en las atrocidades cometidas durante tres décadas por esta organización sectaria, cuya desarticulación ha conmocionado a la comunidad local y nacional. La Fiscalía busca no solo castigar a los responsables, sino también visibilizar el daño causado a las víctimas y la peligrosidad de este tipo de grupos pseudorreligiosos.