El paseo de Las Villas de Benicàssim volverá a la década de 1920 con alrededor de 40 actividades.
La vendimia en Benicàssim (Castellón) durante los primeros años del siglo XX será el tema central de la próxima edición de la celebración de la Belle Époque. Los días 8, 9 y 10 de septiembre, Benicàssim revivirá la época de la Belle Époque en el majestuoso paseo de las Villas Pilar Coloma, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
Esta fecha, inicialmente programada y luego aplazada una semana debido a la previsión climática de la semana pasada, dedicará esta edición a la rica tradición vitivinícola del municipio, en particular en torno a la uva moscatel.
Según las historias transmitidas por los residentes más ancianos de la ciudad costera, los primeros años del siglo XX fueron una época gloriosa para el moscatel de Benicàssim.
La temporada de vendimia se prolongaba hasta octubre y se estima que alrededor de 1,000 recolectores eran necesarios para la tarea. Los hombres cortaban las uvas, los niños transportaban los cestos y las mujeres limpiaban los racimos a la sombra de toldos improvisados.
Al final de la temporada, los comerciantes ofrecían un convite y se servía un poco de licor, generalmente aguardiente.
La música ocupará un lugar destacado en la celebración de la Belle Époque en Benicàssim, como era de esperar. El hilo conductor musical será la historia de la soprano valenciana Lukrecia Bori, nacida en 1887, que brilló en los años 20 en el Metropolitan de Nueva York. Además, una exposición fotográfica en Villa Elisa sobre los recolectores durante la campaña de vendimia rendirá homenaje a toda una generación de benicenses. Las bodegas y destilerías Carmelitano tendrán un papel especial en esta edición.
El tradicional mercado modernista, los concursos de fotografía, indumentaria y pintura rápida, la música y actividades para niños, así como las recreaciones históricas, subrayan nuevamente el compromiso del ayuntamiento con la promoción cultural. El paseo de Las Villas de Benicàssim volverá a la década de 1920 con alrededor de 40 actividades que transformarán el lugar en la capital del modernismo nacional, transportando a los asistentes a lo que popularmente se conoce como el «Biarritz valenciano».
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