Con la venia: Veamos si en el almacén nos quedan unas cuantas desvergüenzas más, para usarlas en nuestra defensa.
Por ejemplo; cuando en ese instante sagrado que es el primer café del día, el aparato maldito nos reitere que todo está muy mal, amenazándonos con que va a petar cualquier día, una ligera presión en el botoncito adecuado mandará a negro los canales de audio/vídeo, encerrando en sí mismo al escupidor de catástrofes, y nos reintegrará la íntima paz mañanera. Y venga otro café, con su bizcochito de naranja y jengibre. Para celebrar.
Si algún conciudadano nos canturrea de nuevo que la vida es un gran plor, se le contesta que si dejamos de plorar, por simple ortografía nos convertiremos en exploradores, y ya no se gastarán tantos árboles en fabricar pañuelos de papel para enjugar lágrimas. El quidam nos mirará con cierta desconfianza, instante que aprovecharemos para sacar un klinex y sonarnos ruidosamente. Como remate haremos ademán de regalarle el tissú y su contenido.
Asistimos a una reunión en la que el monotema son las Redes Sociales. Usaremos nuestro turno de palabra para segurar que ni agallas, ni aletas ni escamas tenemos, pues peces no somos. Por tanto no nos es obligatorio caer en las Redes. Dicho lo cual nos despediremos amablemente, alegando que no queremos perder el turno en la piscina del geriátrico.
En el caso de que se nos cite la tremebundia azteca, argumentaremos que los chicos del MIT ya demostraron, en junio del 1946, que el calendario de marras es obra del sobrino picapedrero de Pancho Villa, y en verdad que le salió feote el pedrusco con tanta calaca. Ítem más, pesa una tonelá. Por todo lo cual no es fiable la profecía. Amén.
Habrá quien, asustado porque la cifra no le cabe en la sesera, nos taladre con lo terrible que le resulta la cantidad de OchoMilMillones de humanos. Conviene palmear su espalda, recordarle que es la primera vez que ocurre tal cosa, felicitarle por formar parte de los vivos, y sugerir que invite a unas caras copas para brindar por éxito sexual del homo sapiens, del que él mismo es un claro ejemplo. Este tipo de bobo suele caer el garlito.
Salta a la vista que esta munición que se sugiere es la Black Talon Boutade calibre 50. Tiene un brutal efecto de descoloque, y el retroceso es que te consideren un chalao, pero eso es cosa del blanco. Al tirador solo deben importarle las agujetas abdominales que tendrá de tanto reir.
Resumiendo; la Crisis nos pare y nos formatea, dotándonos de un campo de existencia para que ejerzamos la función de darle continuidad. Algo así como ser una fotocopia más, con los defectos del original y los de la repro. Lo que se dice un regalito.
Pero nada nos impide que encaremos el asunto apartando esa trampuña, romanticona y llorica, que asegura entre gemidos que la Vida es una Crisis. A ver si acabamos de mirarnos con tanta autocompasión y tanta gaita, y vamos profesando que la Crisis nos da Vida.
Así cambiaremos de estado y, esquivando presiones inútiles, nos reiremos en abundancia y empezaremos a dibujar otro paisaje en nuestra esfera privada. Que al final es la que importa.
Buenas tardes.
B.S.R.
De W.A.M. el concierto para trompa número 2. K 417.
Hay una formidable versión dirigida por Karajan.
Manolodíaz.