La donación del ‘Carro de la Malea’ por la familia Adell Boix, un gesto de amor por las tradiciones de Albocàsser

La donación del ‘Carro de la Malea’ por la familia Adell Boix, un gesto de amor por las tradiciones de Albocàsser

Se guardará en el museo municipal y se someterá a algunas reparaciones para que esté listo y preparado para la celebración de Sant Antoni de 2024.

 

El icónico Carro de la Malea de Albocàsser será propiedad del pueblo, ya que la familia de Jeremías Adell Boix lo ha cedido a la localidad. Un emotivo acto de recepción del carro tuvo lugar, con la presencia de la alcaldesa Isabel Albalat Celades y vecinos que se quisieron sumar.

Para la recepción del emblemático carro, se enganchó un tiro de caballos con la colaboración de la Asociación de Caballistas de Albocàsser. La comitiva, vestida con blusas negras y sombreros en honor a la tradición de Sant Antoni, se dirigió hasta la plaza de la iglesia, donde se tomó una foto de familia con la donación del carro.

Ahora, el Carro de la Malea se guardará en el museo municipal y se someterá a algunas reparaciones para que esté listo y preparado para la celebración de Sant Antoni de 2024. En nombre del pueblo, Isabel Albalat ha agradecido a la familia de Jeremías Adell Boix por la donación y por haber cedido el carro cada año con motivo de Sant Antoni. La alcaldesa ha señalado,

El carro será propiedad del pueblo y será un emblema de una de nuestras fiestas más arraigadas. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos con Jeremías, quien ha demostrado su amor por Albocàsser y sus tradiciones sin pedir nada a cambio.

Es importante recordar que, en Les Rossegades, los arrieros dirigen los tiro de caballos y yeguas, arrastrando un árbol en rama, una encina y un carro cargado de ‘malea’ hasta los topes. El momento en el que el carro sube es el más emocionante e intenso de la fiesta de Sant Antoni. El carro sube a toda velocidad por la calle Mayor, mientras es observado por todas aquellas personas que se encuentran en los callejones, balcones o la Plaza de la Iglesia. Los espectadores en la calle se retiran en las puertas o callejones para permitir el paso de hombres, caballerías y el carro, mientras suenan las campanas anunciando el momento.

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