La parte más difícil de esta subida final son los 9 kilómetros que se consideran puerto de montaña, justo al atravesar la localidad.
El Alto de Bel, en Rossell (Castellón), ha sido seleccionado como el ascenso destacado en la edición 2023 de la Volta a Castelló, donde los escaladores intentarán abrir una brecha y definir la clasificación general. Esta etapa comenzará en Benicarló y constará de un exigente recorrido de 161 kilómetros.
Los ciclistas no tendrán mucho descanso, ya que a partir del kilómetro 15, la carrera se dirige hacia el ascenso de Salsadella (km 24.2), donde probablemente se formará la escapada del día. Tras un breve respiro después de pasar por la localidad de Tirig, afrontarán nuevamente el desafiante ascenso de La Mirona (km 61.2), para luego dirigirse a una meseta que constantemente asciende en dirección a Catí.
En la localidad del kilómetro 84 de la carrera se llevará a cabo la primera meta volante, seguida de aproximadamente 40 kilómetros rápidos y favorables que podrían servir para reunificar el pelotón. En el kilómetro 130, Traiguera será el escenario de la última meta volante, y después de pasar por San Rafael del Río, los ciclistas se enfrentarán a casi 20 kilómetros de carretera ascendente hacia el Alto de Bel.
La parte más difícil de esta subida final son los 9 kilómetros que se consideran puerto de montaña, justo al atravesar la localidad. Con una pendiente bastante constante entre el 5,5% y el 7%, solo habrá un breve descanso de unos 300 metros a 5 kilómetros de la meta, y la pendiente también se suaviza en los últimos 600 metros. Sin embargo, este escenario parece ideal para presenciar ataques, crear diferencias y ver a un líder sólido enfundarse el maillot amarillo de la Diputació de Castelló.
