El padre de las víctimas ha sido condenado a seis meses de prisión.
La Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto una condena de 21 años y medio de prisión a una mujer por diversos delitos cometidos contra tres de sus hijos menores de edad. Entre los delitos se encuentran agresiones sexuales continuadas, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico, lesiones de grave enfermedad psíquica y maltrato habitual en el ámbito familiar.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha aplicado la atenuante de drogadicción y dilaciones indebidas, así como la agravante de parentesco en todos los delitos excepto en el de lesiones. El juicio fue suspendido en dos ocasiones debido a la incomparecencia de la madre y finalmente se celebró en octubre pasado.
El padre de las víctimas ha sido condenado a seis meses de prisión y a pagar multas por un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico a menores. Los condenados vivían en Almassora y luego en el Grau de Castelló. Ambos progenitores tienen prohibido acercarse a menos de 200 metros o comunicarse con los perjudicados, y deberán indemnizar conjuntamente con 20.000 euros a cada uno de ellos. Además, la mujer condenada tendrá que indemnizar con 60.000 euros a su hija mayor por los daños y secuelas sufridos a causa de los hechos.
Los dos acusados tuvieron cinco hijos, cuatro chicas y un chico, nacidos entre los años 1999 y 2008. Según los hechos probados recogidos en la sentencia, desde el nacimiento ninguno de los padres se hizo cargo del cuidado de los niños y faltaron gravemente y de manera reiterada a sus deberes de patria potestad.
De esta manera, los menores presentaron indicadores de riesgo tales como alimentación inadecuada, delgadez, ropa en mal estado o inapropiada, retraso en el desarrollo, absentismo escolar o dificultades en las relaciones interpersonales.
Entre las cinco víctimas, los tres hermanos mayores, dos niñas y un niño, fueron los más afectados por estas negligencias, ya que pasaron más tiempo con sus padres en comparación con las otras dos hermanas, que tenían 2 y 4 años cuando se declaró que se encontraban en situación de desamparo y su tutela fue asumida por la Administración.
Las conductas de los padres se agravaron por las vejaciones repetidas de la madre hacia sus hijos, a quienes sometía a maltratos físicos y psicológicos sin que el padre, que pasaba períodos de tiempo en prisión, interviniera para defenderlos o intentar evitarlos.
De esta manera, la madre agredía físicamente a los tres niños, golpeándolos con palos, cinturones o hierros, tirándoles del pelo y arrastrándolos por el suelo. En una ocasión, llegó a ponerle una cuchara hirviendo en la zona genital al niño varón.
Ambos progenitores consumían cocaína y heroína a diario delante de los niños, quienes también se encargaban de suministrar droga a terceros o de buscarla. Según la sentencia, incluso llegaron a consumir estos estupefacientes.
Además, la pareja mantenía relaciones sexuales delante de los menores y era frecuente que los expusieran a películas con contenido pornográfico, lo que llevó al chico a desarrollar conductas sexuales inapropiadas para su edad.
Durante el periodo en que el padre estaba en prisión, entre 2004 y 2007, la hija mayor, quien en ese momento tendría entre 6 y 7 años, fue víctima de abuso y agresión sexual por parte de un familiar y una de las parejas que su madre tenía en ese momento, sin que ella hiciera nada para impedirlo.
Esta experiencia ha causado graves secuelas psicológicas a la víctima, tanto en su salud mental como en el desarrollo de su personalidad.
La sentencia emitida por la Sección Segunda de la Audiencia de Castellón puede ser objeto de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.